Hace miles de años en los alrededores de la conocida de la selva del Amazonas vivían un maravilloso tigre negro y un elegante venado blanco. Ninguno de estos animales contaba con un hogar así durante la luz del día se la pasaban merodeando por los alrededores y en las noches dormían acompañados por la luz de las estrellas y la luna.
Imagen cortesía de pixabay.esAl poco tiempo el venado comenzó a extrañar el calor del techo de un hogar y decidió que era momento de construir su propia morada. Ilusionado con este nuevo proyecto que tenía en mente, eligió un lugar bastante agradable de aquel bosque y comenzó a planificar todo lo que tenía que hacer.
–Lo primero que debo de hacer es cortar toda la hierba hasta dejar el terreno completamente limpio. ¡Sin una buena estructura ninguna casa puede mantenerse en pie!
Trabajó con bastante esfuerzo y empeño, y comprobó que su propósito se había cumplido, se tumbó en un pecho lecho de flores para dormir tranquilamente.
Nunca se imaginó que, al igual que él, otro animal, en este caso el tigre negro, también se había cansado de vivir en toda la intemperie, por lo que también se le había ocurrido la idea de construirse una casa ¡y al igual que él había elegido ese mismo lugar para comenzar con la construcción!
– ¡Estoy cansado de mojarme cada vez que comienza a llover y tener que esconderme del sol cada vez que empieza el fastidioso verano! Construiré mi propia casa que realmente sea confortable para mí y la pueda realmente disfrutar. ¡Va a hacer maravillosa!
Llegó a aquel maravilloso bosque al mismo tiempo que la luna comenzaba a saludar al cielo oscuro de aquella noche y se sorprendió cuando se percató que en aquel terreno no había signos de ningún tipo de hierba.
– ¡Esto es extraño!… Conozco este sitio más que otros animales y aquí siempre había estado cubierta de una hierba horrible… Ha de ser un regalo de Dios que se ha apiadado de mí y ha querido facilitarme el trabajo. ¡Bueno, ahora todo es mucho más fácil! ¡Comenzaré con la construcción!
No perdió nada de tiempo y comenzó con la construcción de su casa soñada; buscó palos y algunas piedras y las unió en la tierra para armar un suelo firme y bastante resistente. Cuando todo terminó, se acercó al rio para bañarse tranquilamente.
Cuando salió el sol, aquel venado que se había quedado dormido volvió a su sitio para continuar con su arduo trabajo y ¡quedó realmente sorprendido!
– ¡Qué! ¡¿Pero cómo puede ser posible que el suelo de mi cabaña ya esté colocado?!… Lo más probable es que haya sido Dios que ha decidido darme una mano ¡Este realmente es magnífico!
Realmente contento, comenzó con el resto del trabajo; buscó troncos que lo ayudarán a levantar las paredes de cada una de las habitaciones que tendría su hogar. Trabajó sin descansar y cuando la noche comenzó a aparecerse decidió que era momento de ir a buscar algunos bocadillos para comer ¡Quería acostarse temprano para despertar temprano en la madrugada y continuar!
Cuando el cielo estaba completamente oscuro, el tigre llegó a aquel bosque. Como era de esperar, al igual que los demás felinos, tenía una buena vista y para él no había ningún problema trabajar durante las madrugadas. Pero, se sorprendió al ver que las paredes de la que sería su casa ya se encontraban alzabas y perfectamente ubicadas.
– ¡Esto es un completo milagro!… ¡Dios ha querido volver a ayudarme y me ha construido todas las paredes! Cuando ya pueda montar el tejado, podré dar por terminado mi misión.
Buscó ramas de gran tamaño y las comenzó a colocar en ambos lado sobre cada pared y después comenzó a cubrirla con hojas.
– ¡Ya está listo el tejado y ahora mi casa está completamente perfecta! Ahora sí, me merezco descansar cómodamente.
Cansado, entró a su hogar y se acomodó en una de las habitaciones hasta que el sueño lo venció. Como era tan dormilón, nunca se enteró que el venado se acercó durante el amanecer.
Aquel animal asombrado por encontrar toda la casa construida. También decidió entrar a una de las tantas habitaciones y quedarse profundamente dormido. Al aparecer el sol, ambos animales se despertaron y salieron de las habitaciones al mismo tiempo…
Al encontrarse frente a frente. Ninguno atacó, en cambio, ambos se quedaron mirando fijamente hasta que se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo. ¡Ambos habían construido aquella cabaña!
Ambos decidieron compartir la cabaña. No obstante, al poco tiempo, ambos comenzaron a desconfiar él uno del otro, ya que pensaban que cualquiera de los dos iba a atacar a uno a traición.
Imagen cortesía de pixabay.esUna noche escucharon un ruido y ambos asustado de que uno de ellos iba a atacar huyendo sin saber cuál era realmente el origen de aquel espantoso ruido. Y así fue como, cada uno tuvo que irse de aquel maravilloso lugar para esconderse y construir una nueva casa, pero esta vez, de una solo habitación.
Moraleja de la historia: Este maravilloso cuento nos enseña que no hay nada más importante que el poder de la palabra. Siempre debemos decir lo que sentimos para estar tranquilos con nosotros mismos.