La mayoría del tiempo, las Fabulas de La Fontaine son capaces de brindar a los niños relatos bastante entretenidos, pero lo más importante de todo es que son educativos porque al mismo tiempo que los divierten les están enseñando buenos valores. En los cuentos populares de los niños destacan valores como la sinceridad o la importancia de ser solidarios con nuestros compañeros.

Los cuentos infantiles como Las ranitas y el tronco tallado son un factor calve para contribuir a la correcta evolución de la imaginación y además mejorará las conexiones entre padre e hijo, aprendiendo las enseñanzas que tiene cada cuento mediante la representación de la historia.

 

Las ranitas y el tronco tallado

En un reino mágico existía una numerosa familia de ranitas, las cuales pasaban la mayor parte de su tiempo jugando en un lago y conviviendo entre todas. En este mismo lago había un gran tronco de color marrón, el cual tenía unas talladuras que podían ser notadas incluso cuando estabas en la orilla.

Las ranitas les encantaba estar cerca de ese tronco y por eso sus alrededores era el lugar preferido de ellas para hacer las fiestas, reuniones y jugar entre ellas, pero, a pesar de eso las ranitas sentían todas mucho respeto y temor hacia aquel tronco, porque ellas creían que éste tenía un carácter irritable y hacían lo posible para hacer menos ruido cada vez que se reunían.

Algunas ranitas contaban las leyendas de que el tronco se les acercaba a las ranas que eran muy traviesas y decidían adentrarse muy cerca de él; extendiendo sus ramas y capturándolas haciendo que vivieran con el tronco del otro lado, pero estas leyendas nunca habían sido confirmadas por el resto de las ranas y fueron consideradas como simplemente un mito que hacían creer a las ranas más pequeñas para que sintieran temor del tronco y no se acercaran demasiado a él porque no sabían de lo que era capaz el tronco

Las ranitas también comenzaron a creer que el tronco era un monumento a la tribu, una tribu que quizás ya no existía pero habían dejado al tronco ahí; ninguna ranita había tenido el valor suficiente como para acercarse al tronco y ver de qué se trataba más de cerca, solamente se dedicaban a apreciar al tronco de lejos y contempla su rostro totalmente serio que inspiraba un aire de suma autoridad.

El día de la tormenta

 

Hubo un día bastante trágico para el sitio donde Vivian las ranitas, y fue porque una tormenta muy horrenda se desató y produjo que el tronco se cayera al lago; en este momento todas las Ranitas quedaron perplejas por el suceso, al ver lo que pasó cuando ya la tormenta se había calmado, se dieron cuenta de que el tronco que les daba tanto miedo; no era nada más que simplemente eso.

Las ranitas se dieron cuenta de que las leyendas que habían ido pasando de generación por generación de que el tronco era un ser muy malvado que se dedicaba a atrapar a las ranas más traviesas eran solamente historias inventadas para hacerlas temer de él.

Solamente era un tronco que aunque tenía una apariencia temible para las ranitas, era totalmente inofensivo para ellas, ningún daño les iba a causar porque era totalmente inmóvil. Después de que pasó el día de la tormenta las ranas se reían acerca de lo que pasó con el tronco y el miedo que le tenían al mismo sin sentido alguno; después de esto las ranas eran completamente capaces de jugar encimada el tronco e inclusive a eso, usaban al tronco como si fuera un trampolín y saltaban de allí hasta el agua.