Tito Aurelio Fulvo Boyonio Arrio Antonino, mejor conocido como Antonino Pío, nació en el año 86, el día 14 del mes de noviembre. Este fue un reconocido emperador romano del siglo II, perteneció a la dinastía Antonina y fue gobernante del imperio romano entre 138 y 161.
El sobrenombre “Pío” fue el que le dio reconocimiento luego de acceder al trono y exigirle al Senado que santificaran a su predecesor Adriano. A Diferencia de este último, Antonino se mantuvo en Roma y en los alrededores durante todo su gobierno.
Fuente | Glyptothek [Public domain] – Busto de Antonino Pio
Orígenes
Antonino Pío era hijo único, en el año 89 su padre se destacó como cónsul, Tito Aurelio Fulvo, nativo de la Colonia Nemauso en la provincia romana de Gallia Narbonensis, y Arria Fadila. Su abuelo también fue cónsul ordinario en el 85, y hasta el día de su muerte en el año 89, desempeñó la labor de prefecto de Roma,
Debido a la muerte de su padre, Pío fue educado por Arrio Antonino, su querido abuelo materno, un hombre de cultura e integridad que formaba parte del circulo de amistados del destacado escritor: Plinio el Joven. Su madre contrajo nupcias con Publio Julio Lupo; del matrimonio nació Julia Fadila.
Matrimonio y Descendencia
Entre los años 110 y 115, Antonino Pío contrajo nupcias con Annia Galeria Faustina la Mayor. Este matrimonio tuvo resultados muy felices. Faustina era conocida por ser la hija del afamado cónsul Marco Annio Vero y Rupilia Faustina, familiar de Vibia Sabina, emperatriz romana.
Faustina fue una preciosa mujer que se destacaba en Roma por su gran sabiduría. Su vida entera la dedicó a favorecer a los pobres y a las personas más desfavorecidas que existían en el mundo. Antonino y Faustina tuvieron cuatro hermosos hijos: dos niñas y dos niños.
Carrera en los tiempos de Adriano
Luego de desenvolver como un exitoso cuestor y pretor, Antonino Pío logró el puesto de cónsul, en el año 120. Posteriormente, fue nombrado por Adriano como un procónsul que administraría a Italia. Pío fue muy beneficiado durante su carrera con Adriano, personaje que lo adoptó con su gran heredera, el 25 de febrero del año 138. Sin lugar a dudas, esto representó una gran oportunidad para Antonino.
La vida como emperador
Gracias a su llegada al trono, Antonino tuvo la oportunidad de convertirse en el “Emperador Caesar Aeluis Hadrianus Antoninus Augustus”. Entre las primeras obras de Pío como emperador, se destaca el proceso de convencimiento que realizó para que el Senado le concediera el honor divino a su admirado Adriano; al principio, la propuesta fue rechazada, sin embargo, luego lo nombraron como: “Cognomen de Pius”.
Mientras Pío estuvo en el reinado, el ambiente siempre estuvo pacifico; los problemas militares del gobierno de Mauritania, Judea y Britania, eran manejados correctamente; la realidad era que Antonino jamás se dedicó a la guerra.
Antonino Pío fue uno de los grandes emperadores que lucharon por salir de la crisis del gobierno, sin intención de salir de Italia; siempre se esforzó por tratar los problemas bélicos provinciales, a través de los gobernadores o de las cartas enviadas a ciudades como Éfeso. Este estilo de gobernanza era elogiado por sus contemporáneas y por las generaciones que tuvieron lugar en el futuro.
Pío tuvo muy buenas relaciones con el Senado que tuvo trabajo en la época de su mandato, esto es un verdadero contraste a lo que fue con su predecesor Adriano. Su reinado fue considerado la mejor época de la nación.
Muerte
Luego de experimentar al reinado más largo después del de Augusto, Antonino murió tras unas fiebres en Lorium, Etruria, Roma, el 7 de marzo del año 161. La última palabra que el emperador emitió fue la siguiente: “ecuanimidad”.
Su cuerpo fue guardado en el Mausoleo de Adriano y se realizó una columna en el Campo de Marte, para honrarlo debidamente.
Obra
Lo único que se conoce de la obra de Antonino Pío, es una obra que conocemos en la actualidad como “La historia Augusta”, un relato que no posee mucha fiabilidad. Aunque no lo creas, Antonino es el único emperador romano que no cuenta con una biógrafa publicada. Por ello, muchos historiadores han tenido que indagar en los registros públicos para conocer un poco más de los escritos del personaje romano.