Ramón Gómez de la Serna fue un importante personaje de la historia del siglo XX, que desde la trinchera de las letras fue capaz de crear e impulsar la greguería, un estilo único que se caracteriza por ser muy simple. Sin embargo, desde España y Argentina, se expandió a todos los rincones del mundo y es actualmente muy utilizado por los amantes de la escritura.

En su repertorio y legado literario se encuentra numerosos libros y publicaciones realizadas bajo este estilo, un estilo que se caracterizó primordialmente por el mismo ser el personaje principal de fondo.

Este importante escritor no se preocupó por escribir de los demás, sino desde su propia experiencia para complacer a sus lectores, con apuntes y ocurrencias, transmitiendo siempre un mensaje positivo y de gran humor metafóricamente en sus escritos.

 

Reseña biográfica de Gómez de la Serna: El abogado que nunca ejerció

Ramón Javier José y Eulogio Gómez de la Serna o “Ramón” únicamente como a él le encantaba que lo llamaran, nació en la capital del país español, la ciudad de Madrid. Sus padres Don Javier Gómez de la Serna y su madre la señora Josefa Puig Coronado, lo mostraron por primera vez al mundo al tercer día del mes de julio del año 1888.

Inicia sus estudios primarios en su misma ciudad de origen en la escuela “Niño Jesús”, una vez allí cuando se encontraba finalizando sus estudios básicos, estalla en 1898 la Guerra entre España y los Estados Unidos por la Isla de Cuba y otras dependencias, haciendo que su padre busque otra opción de trabajo, que los obliga a mudarse a un poblado de la provincia de Palencia, donde culmina su bachillerato.

Luego decide estudiar Derecho, una carrera que según sus mismas declaraciones no le tenía pasión, sin embargo, un hecho particular hace que se le abran las puertas a la que sería su verdadera vocación, esto cuando un tío publica un libreto de su propia autoría, sorprendido de ello, decide seguir esa vertiente y escribe distintas líneas.

Su padre apoyó ese talento que tenía, entonces en el año 1905, le ayuda a publicar su primera producción, llamada “Entrando en fuego”, en un famoso Diario de la localidad de Segovia. Con lo que respecta a su carrera, 3 años más tarde, se transfiere a la Universidad de Oviedo para concluir sus estudios en Derecho.

A pesar de haberse consolidado académicamente como abogado, su pasión por la escritura y literatura superó en gran medida la justicia y las leyes, por ende, desde muy joven se incursionó en esta rama de las ciencias, dedicándose fielmente a la escritura y el periodismo hasta sus últimos días.

 

Una Vida literaria, periodismo y greguerías

A pesar de haber sido un abogado, siempre su influencia fue bajo el esquema literario de España, todas sus obras mantuvieron la misma esencia, el mismo estilo, un estilo vanguardista, autobiográfico y con una influencia muy marcada de la semblanza española del siglo pasado. En 1914, abre una de los debates de intelectuales más aclamados de toda la capital española, cuyo punto de encuentro era el Café Pombo.

Gómez de la Serna es reconocido por su protagónico papel en la rama de las greguerías, por ser uno de los creadores de este estilo y su máximo exponente, que según afirmó en una entrevista que este género es una “metáfora más humor”, pues su fin último, era la jocosidad, la metáfora, el sarcasmo y el humor en su más alto esplendor, jugando con la geometría de las oraciones.

Como creador de este género, no es de extrañar que su vida fuera dedicada completamente a escribir libros de esta rama, entre sus máximas obras están la de Greguerías, Flor de Greguerías y Total de greguerías, como precursoras del surrealismo y una alteración más audaz de la metáfora.

 

Un adiós a Gómez de la Serna

Gómez de la Serna, fue uno de los españoles que vivió los momentos más conflictivos de España en el siglo XX y fue un afectado directamente. Debido a la guerra que se estaba suscitando en la nación, por protección, tuvo que exiliarse en el continente americano, específicamente en la ciudad de Buenos Aires, Argentina en compañía de su esposa, también escritora Luisa Sofovich.

En 1948, publica una autobiografía en esta ciudad y el 12 de enero del año 1963, 15 años después, fallece en el exilio en Buenos Aires, Argentina. Días después sus restos fueron trasladados a su natal Madrid y fueron vanagloriados en el Panteón de San Justo, junto a importantes destacados de la ciudad española.