En la antigüedad, existían muchas tribus o especies de pueblos que mantenían un arraigo muy propio en cuanto a sus creencias, costumbres y tradiciones que los diferenciaban de los otros. La cultura persa nos remonta a esos tiempos en los que las diferentes tribus que existían convivían de una manera más directa con el medio ambiente, al mismo tiempo en el que iban buscando la forma de satisfacer las mismas necesidades que ellos pudiesen tener.
Siendo su origen indoeuropeo, los persas fueron uno de esos pueblos o tribus que surgieron de una manera muy organizada y muy bien administrada. Fue una mezcla, o bien una fusión, muy orgánica que les permitió sacar mayor provecho y beneficio de todos esos pueblos que iban conquistando a su paso en la época aqueménida.
En un principio era una especie de pueblo nómada, es decir, no se mantenía siempre en un mismo sitio. Sin embargo, gran parte se encontraban radicados, principalmente, en el norte de la meseta de Irán.
Se mantenían de lo que el medio ambiente les proporcionaba para su subsistencia, pero, de la misma manera, también buscaban pensar en la forma de mejorar sus condiciones y de sacar mayor provecho a las labores que realizaban dentro de sus propias comunidades.
Ciro un rey de la cultura persa
En sus orígenes, los persas se encontraban divididos entre unas diez a doce tribus, cada una tenía un jefe que era denominado y tratado como un rey. Al principio fue muy complejo que todas esas tribus pudiesen unirse, ya que, aunque trabajaban en conjunto, cada una tenía un objetivo o interés particular. Sin embargo, para el rey Ciro sí fue posible lograr esta hazaña.
Ciro pudo unificar las diez o doce tribus que existían y en las cuales se encontraban divididos los persas, luego de esto pudo lograr también la derrota de medos y, de esta manera, pudieron acabar por completo con la supremacía que los había mantenido colgados en lo más alto.
Para el Nuevo Estado, Ciro se encargó de convertir a la ciudad de Susa en su capital. Una vez hecho esto, tuvo que trabajar muy fuerte en la conquista de todos los pueblos o territorios que se encontraban en las adyacencias, ya que esto le permitiría ganar mayor dominio sobre la zona.
Dentro de sus dominios, Ciro también pudo contar a las ciudades griegas del Asia menor. Tuvo una fuerte lucha en contra del imperio Neo babilónico, pudiendo después anexar a Mesopotamia y a las dependencias sirias a sus dominios persas.
Administración del imperio persa
La organización y la buena administración fueron dos cosas muy importantes dentro de la cultura persa, tanto así que fueron muy bien aplicadas dentro de los distintos escenarios a los que le tuvieron que hacer frente.
En cuanto a la gran organización de la cultura persa, ellos se sustentaban de una estructura muy bien pensada. Ellos tenían ciertas diferencias que no compartían con otros imperios, por ejemplo, ellos no se valían del terror como sí lo hacia el imperio asirio.
Mantenían cierto grado de respeto, aunque eran muy bien manejados en cuanto a las reglas que imponían. Respetaban mucho lo que era la clase dirigente de cada región o pueblo que iban conquistando.
Siempre mantenían la premisa de que incluían un apartado administrativo persa, un apartado que iba a ser controlado desde lo más grande de las capitales. Dentro de las capitales que manejaban estos sistemas están: Pasargada, Persélopolis y Susa.
Pensando en todo, los persas idearon métodos de comunicación construyendo así el gran camino real, el cual consistía en un camino que cruzaba todo el Cercano Oriente desde Analotia hasta Irán.
Los persas tenían algunas ventajas sobre el resto, por ejemplo, estaban eximidos del pago de unos tributos que eran exigidos. También se desempeñaban dentro de los cargos más altos de jerarquía, esto ocurría a nivel administrativo y también a nivel militar.
Ámbitos de grandeza en la cultura persas
En cuanto a la política, como imperio, manejaban la idea de un imperio universal. Esto era como seguir y perfeccionar patrones, recordando que grandes pueblos de la humanidad lo habían logrado como objetivo principal de sus gestiones. En el caso del imperio persa, esta manera de proceder se alineaba muy bien con su espíritu organizativo.
Económicamente hablando, en la cultura persa se puede observar que buscaron la forma de hacer un comercio mucho más grande. Logrando la generalización del uso de las diversas monedas que podían existir para ese momento, esto en el marco de las diversas transacciones comerciales que se pudiesen realizar.
En sí, la mayor muestra del imperio persa se unificaba en el pensamiento de lucha entre el bien y lo que ellos consideraban que era el mal. También, se fundamentaban en la libertad de la elección que podía tener el hombre, en cuanto a lo que sería la elección entre ambos. Buscaban y aplicaban mucho lo que era la tolerancia entre todos y cada uno de los pueblos de los que eran vecinos.
Lo más importante de la cultura persa
Los persas destacaban mucho en cuanto a lo que era su agricultura y su forma de comercializar, pero esto no solo ocurría en ese ámbito, también ocurría en el arte. Desarrollaron muy bien su propio arte, esto en el marco del crecimiento y desarrollo de su propia civilización y de la cultura persa que conocemos hoy en día.
Se hablaba mucho de lo que es el arte imperial, cosa que era muy bien trabajada por los persas. Esto implicaba, a su vez, que se representará a través de todas las distintas manifestaciones artísticas, lo que eran las creencias, intereses y costumbres imperiales, que existían en las tribus y que luego se unificaron en un solo pueblo, en una sola historia, en una sola cultura persa.
En realidad, la vida de los persas se enfoca mucho en lo que es una buena organización y una buena administración de las ideas que generaban como tribu. Crecer para los persas significó dejar de lado creencias, costumbres y tradiciones particulares, para unificarse y hacer una sola fuerza. La idea siempre fue ganar terrenos, pero hacerlo de una buena manera y sacarle buen provecho.
La cultura persa fue creciendo junto con cada uno de sus miembros. Mostrar su arte, su cultura, su economía y su política es la muestra más evidente de que las grandes civilizaciones siempre encuentran la manera de aprovechar, cada una de las oportunidades que se les presente.