El tema del que vamos a hablar el día de hoy, además de ser sumamente interesante, está íntimamente relacionado con una de las épocas más controversiales de la historia como lo fue la Edad Media. Esta etapa de la historia, según lo expresado por muchos historiadores, va del siglo V al siglo XV, por lo cual, se han encontrado un sinfín de acontecimientos que han cambiado la historia de la humanidad para siempre. Fue tan importante la Edad Media que cada hecho ocurrido en ella influyó considerablemente en las épocas que siguieron.
La gran mayoría de los expertos en esta materia ubican el inicio de la Edad media con La Caída del Imperio Romano y su posterior final con el Descubrimiento de América. Ya con dos acontecimientos de tal envergadura en el principio y en el final, nos podemos hacer una idea de todo lo que pudo haber ocurrido en ese tiempo. Sin infinitas las cosas que podrían decirse de esta interesantísima sociedad feudal, pero solo nos vamos a enfocar en sus más resaltantes características para hacernos una idea de su modo de vida.
¿Cómo puede ser definido el fenómeno del feudalismo?
Imagen cortesía de pixabay.esPara comprender de un modo más amplio cómo era el modo de vida en una sociedad como esta, es importante tener una breve idea de qué era el fenómeno del feudalismo y cómo era su funcionamiento. Lo primero que tenemos que decir al respecto es que esta palabra hace referencia a las instituciones y compromisos adquiridos entre dos personas con libertad, los cuales eran conocidos como señor feudal y vasallo.
Este trato básicamente consistía en la entrega de un territorio al vasallo por parte de su señor feudal conocido como feudo. Aunque en la mayoría de los casos se trataban de tierras de las que el vasallo se iba a encargar a partir del inicio del tratado, también podía tratarse de riquezas o de otro tipo de recursos financieros. A cambio de esto, el vasallo se comprometía a brindarle apoyo militar o consejero cuando el señor feudal así lo requiriese de su parte.
Por su parte, el filósofo y economista Karl Marx le daba una definición sumamente distinta a este fenómeno. Él se refería al feudalismo como una especie de estadio sucesivo por el que debe pasar toda sociedad en su camino al desarrollo financiero e histórico. Si tomamos en cuenta esta concepción, se puede ver al feudalismo como un modo de producción, el cual se encuentra estrechamente ligado al desarrollo de las fuerzas productivas y a un cierto grado de evolución de las relaciones productivas.
¿Cómo llegó a ser la sociedad bajo el mando del Imperio Romano?
Si se desea tener una adecuada comprensión de lo que fueron las características primordiales de la sociedad feudal, debemos comenzar por analizar cómo era esa misma sociedad bajo el yugo tiránico del Imperio Romano de Occidente en vísperas de su caída. Este hecho será el que marque cómo será el comportamiento de la sociedad a partir de ahora y cómo van a estar divididas las clases sociales de ahora en adelante.
En esta época, la sociedad era dividida entre los honorati, los honestiori y los humiliori. Los primeros eran apenas el 3% de la población total y se componían de senadores y nobles poseedores de tierras, quienes no tenían la obligación de cancelar ningún tipo de impuesto. Los honestiori eran el 17% y se componían del clero, altos funcionarios, soldados de alto rango, doctores, banqueros entre otros. El tercer grupo era más del 80% de la población y estaba compuesto de los campesinos y artesanos.
Es importante señalar que fue a partir de este momento cuando comenzó a originarse el modo de vida basado en el fenómeno del feudalismo porque tanto los honorati y los honestiori empezaron una adquisición desenfrenada de las tierras pertenecientes a los humiliori con el fin de realizar un intercambio entre las ganancias que obtendrían y la protección que les brindarían contra las fuerzas imperiales. Es de este modo en el que el Imperio comienza a perder poder económico y, por ende, represivo y armamentístico.
Algunas de las características de la sociedad feudal
Luego de haber caído el Imperio Romano, el continente quedó sumido en el caos total en todos los ámbitos. Luego de que comienza a implementarse de forma generalizada el sistema feudal, comienza el surgimiento de unas nuevas clases sociales basadas en dicho sistema. Para comenzar, tenemos a dos de los grupos más privilegiados, los cuales eran los nobles y el clero. Ambos eran los mayores beneficiados de una sociedad basada enteramente en el feudalismo luego de la caída de las fuerzas imperiales.
En el caso de los nobles, se puede decir que era un grupo de mucha heterogeneidad porque no solo vamos a encontrar a los señores feudales que tenían montones y montones de fortunas y riquezas. También vamos a encontrar a los que quedaron completamente arruinados con la caída del Imperio Romano y que vivían exactamente igual o peor que los campesinos de esa época. La única similitud entre los primeros y los segundos es que ninguno de los dos grupos tenía la obligación de pagarle tributos a la los reyes.
En cuento al clero, se puede decir que también era un grupo de mucha heterogeneidad, en el cual era posible encontrar a los más poderosos obispos y a los más miserables párrocos de los lugares más recónditos del reino. Era esta condición la que determinaba qué tan rico o pobre era un miembro del clero.
Más características de la sociedad feudal: los grupos menos privilegiados
Imagen cortesía de pixabay.esAsí como hemos visto a los grupos más favorecidos por el sistema feudal, también tenemos a los más marginados por el mismo. Uno de ellos era el patriciado, el cual también podía ser denominado como burguesía. Este grupo estaba conformado por todos aquellos que no pertenecían a la nobleza, pero que obtuvieron enormes bienes de fortuna debido a las actividades comerciales. Fueron accediendo cada vez más al grupo de los más privilegiados a través de convenios matrimoniales.
Otro de los grupos menos privilegiados por el sistema fue el de los campesinos, quienes podían ser poseedores o no de algunas extensiones de tierra. Independientemente de la cantidad de tierras que tuvieran o no, eran forzados a vendérselas a los señores feudales con el fin de costear las grandes contribuciones que les impuso la Corona.
Y por último, tenemos también al grupo de los artesanos, quienes no tenían ningún tipo de apoyo ni protección por parte de ninguna autoridad. Por la misma razón, se fueron uniendo en gremios con el fin de establecer los sueldos y precios de los artículos que vendían. Al igual que los campesinos, pagaban enormes cantidades de contribuciones a la Corona.