Adolf Hitler fue un conocido político, militar y escritor alemán, canciller imperial desde 1933 y líder total de Alemania hasta el día de su muerte. Fue el encargado liderar el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán o conocido también como El Partido Nazi, e impuso un régimen totalitario durante el transcurso de la Alemania Nazi.

 

Por otro lado, también se encargó de dirigir a Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, como parte de su propósito expansionista en toda Europa.

 

Historia de Hitler

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Adolf Hitler se une al Partido Obrero Alemán, en 1919 y pasa a convertirse en el líder del mismo en 1921. Durante 1923, después de haberse pronunciado en las instalaciones de la cervecería Burgerbraukeller de Múnich, Hitler intenta una insurrección, que pasa a ser conocida como el Putsch de Múnich, pero debido al fracaso de la movida, fue condenado a un máximo de cinco años de cárcel.

 

Mientras se encuentra encarcelado, redacta la primera frase de lo que sería su obra Mi Lucha, donde da a conocer detalles de sus ideologías y elementos autobiográficos. Su liberación se da ocho meses después de haber ingresado, en 1924, Hitler comienza a obtener un apoyo popular por parte del pangermanismo, antisemitismo y anticomunismo, gracias a sus dotes para la oratoria y apoyado por la propaganda nazi y concentraciones que se vieron cargadas de simbolismo.

 

Es nombrado canciller imperial en enero de 1933 y, un año después, con la muerte del presidente Paul von Hindenburg, se autoproclama líder y canciller imperial, asumiendo el mando total del país germano. Transforma la República de Weimar y su gobierno se caracterizó por base al totalitarismo y la autocracia, impuesta por las ideologías nazis.

 

El objetivo principal de Adolf Hitler era buscar establecer un Nuevo Orden que se basara totalmente en la hegemonía de la Alemania Nazi en todo el continente de Europa. Tanto su política exterior como interior, se caracterizaron por buscar apoderarse del espacio perteneciente a los pueblos germánicos. Promueve el refuerzo de Alemania y con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939, se da inicio a lo que sería la Segunda Guerra Mundial.

 

Con todos los actos sufridos, Hitler viola el Tratado de Versalles en 1919, donde se establecía la paz una vez finalizada la Primera Guerra Mundial.

 

Muerte de Adolf Hitler

Adolf Hitler, jefe del partido nazi y canciller de Alemania entre 1933 a 1945, muere el 30 de abril de 1945; Hitler se suicida con un disparo en la cabeza junto a la que sería para ese entonces su esposa, Eva Braun, quien al final terminó por envenenarse con cianuro.

 

La poca información que se obtuvo con respecto al lugar donde se encuentran los resto y las confusiones en los informes, alimentaron las hipótesis de que Adolf Hitler sobrevivió terminada la Segunda Guerra Mundial.

 

La duda se debió a que la Unión Soviética, se encargaron de ocultar información de relevancia al público.

 

En 1992, se publican los registros de la KGB soviética y de la FSB rusa quienes se encargaron de confirmar la muerte de Hitler, sin embargo, el detalle está en que en los archivos no se demuestra que fue lo que sucedió posteriormente con el cuerpo de Adolf Hitler después del deceso.

 

Horas finales de Adolf Hitler

Hitler se estableció en el bunker de la Cancillería el día 16 de enero de 1945, desde donde se encargó de ejercer la presidencia del Tercer Reich que se encontraba en proceso de desintegración, ya que los Aliados se encontraban avanzando tanto en el Este como el Oeste.

 

Finalizando el mes de abril, las fuerzas soviéticas lograron ingresar a Berlín y se encontraban liderando una lucha para lograr ingresar al centro de la ciudad, donde se encontraba la residencia de Hitler.

 

El 22 de abril, Hitler padece la crisis nerviosa durante algunas de las reuniones que tenían como finalidad estudiar la situación militar, al hacer pública la derrota y que Alemania estaba apunto de perder la guerra. Entró en estado de histeria gritando que los generales se habían encargado de traicionarlo y que ahora Alemania se encontraba sumergida de una gran cantidad de traidores y cobardes.

 

La enfermera que se encontraba en el bunker, Erna Flegel declaró en su momento que Adolf Hitler se veía más mayo de lo que era al acercarse el fin de la guerra. Expresa su intención de quitarse la vida y manda a llamar al doctor Werner Haase para que le recomendara un método factible para su suicido.

 

El médico que sugirió la combinación entre la ingesta de cianuro y un balazo en la cabeza. El militar alemán contenía una reserva de cápsulas de cianuro que logró obtener por medio de la SS.

 

Posteriormente, Hitler comienza a sufrir de síntomas de paranoia, expresando que posiblemente las cápsulas que le habían entregado la SS, eran falsas. Por lo que, solicitó que fueran probadas en su perra, la cual, murió al instante. Al mismo tiempo, se entera que su mejor aliado Benito Mussolini, había sido víctima de los antifascistas, y juró que aquel no sería su destino.

 

Transcurrida la medianoche del 29 de abril de 1945, se casa con Eva Braun en una ceremonia oficiada en el bunker, siendo testigos Magda y Joseph Goebbles, con la presencia de la secretaria, quien fue la encargada de preparar todo lo referente al testamento político.

 

Suicidio de Hitler

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Durante el amanecer del 30 de abril de 1945, Hitler solicitó una reunión con el cuerpo de médicos y se despidió de cada uno, ante la muestra de emociones por parte de los presentes, Hitler solo se quedó observando un cuadro de Federico el Grande y ordenó que la personas que no fuesen indispensables abandonaran el bunker.

 

Les explicó a Otto Gunsche y a Heinz Linge, las instrucciones a seguir al momento de su suicidio y que debían de hacer con su cuerpo y el de su esposa.

 

Hacia las 15:30 horas, tanto Hitler como su esposa Eva Braun, se reúnen con Linge y Gunsche frente a la sala de mapas cerca del despacho y se despiden de ellos; un par de minutos después de haberse cerrado la puerta, se escucha el disparo.

 

Los presentes esperaron 15 minutos y al ingresar al salón, encontraron a Hitler muerto con una herida en la cien hecha con un arma de 7,65 milímetros y lleno de sangre. En el suelo, encuentran el cuerpo sin vida de Eva Braun, quien, debido al rápido efecto del cianuro, no logró alcanzar la pistola.