Los sapos son animales muy conocidos, pues la mayoría de las personas los hemos visto en nuestro jardín, en la clase de biología o en la tv, a muchas personas les repugnan estos animales, sin embrago, pueden llegar a ser criaturas muy interesantes si les prestamos atención y estamos abiertos a aprender más de ellos.
Los sapos son animales pertenecientes a la clase de los anfibios (pues sus especímenes pueden sobrevivir en un entorno tanto acuático como terrestre) orden de los anuros (Anura, del griego “sin cola”) y de la familia de los bufónidos.
Como anfibios, los sapos viven en el medio acuático durante su fase larvaria respirando por medio de branquias como los peces, las cuales sustituyen por una respiración pulmonar, como la de los perros o las personas, en su fase adulta. Son animales de cuerpo rechoncho, patas cortas y palmeadas, ojos saltones, boca corta y redondeada y piel áspera y seca.
Los podemos encontrar distribuidos en casi todos los continentes, a excepción de la Antártida, donde no pueden proliferar debido a las duras condiciones climáticas, y en Australia, pues no son autóctonos de ese continente, sino que fueron introducidos por los seres humanos. Tampoco se los encuentra en zonas desérticas demasiado áridas, pues no cumplen con las condiciones necesarias para su supervivencia.
¿Qué comen estos animales?
Los sapos se alimentan de una gran variedad de animales, pues su dieta es principalmente carnívora. Estas criaturas se alimentan principalmente de invertebrados entre los que se cuentan insectos tales como moscas, mosquitos, libélulas, saltamontes, langostas, también arácnidos, entre los que se cuentan diversas especies de arañas, mirápodos como ciempiés y milpiés, y otros invertebrados como crustáceos, lombrices, gusanos, larvas, caracoles, babas, entre otros.
En ocasiones, y dependiendo del tamaño del especimen, pueden alimentarse de pequeños vertebrados como ratones o lagartijas. En síntesis, son unos verdaderos exterminadores de plagas, de hecho, en Australia se los introdujo para que acabaran con las plagas de la caña de azúcar que estaban dañando los cultivos de esos vegetales en el año 1935.
Los renacuajos, que son las larvas del sapo, tienen una dieta principalmnete herbívora, es decir, que comen vegetales. Sin embargo, dependiendo de la especie y de las condiciones ambientales, pueden trocarla por una dieta más carnívora, llegando en ocasiones al extremo del canibalismo.
¿Cómo atrapan a su presa?
Los sapos cazan sus presas usualmente valiéndose del sigilo, permanecen inmóviles durante el tiempo necesario hasta que un animal incauto se acerque lo suficiente como para que pueda ser alcanzado por la larga lengua del sapo, el cual se apresura a proyectarla a la velocidad de un parpadeo, tan rápido que la presa no suele tener tiempo para reaccionar sino hasta que ya es demasiado tarde.
La lengua del sapo es lo que se conoce como lengua protráctil, palabra que proviene del latín y significa “que puede sacarse”. Este tipo de lengua es común en varias especies de animales, sobre todo aquellos que comen insectos.
Podemos encontrarla en especie tan variadas como el camaleón, varias especies de lagartijas y gecos, sapos y ranas, entre otros, y se caracteriza porque se la puede proyectar fuera de la boca del animal a una gran distancia, por lo que la usan como un instrumento de cacería, más que para degustar.
La lengua de los sapos, así como la de otros animales con esta misma característica, tiene una sustancia pegajosa en su superficie que contribuye al agarre de la presas, pues una vez que proyecta su lengua y ésta entra en contacto con una presa, el animal se queda inmediatamente pegado a la lengua del sapo sin posibilidad alguna de zafarse. Acto seguido, el sapo retrae su lengua hacia su boca y mastica a su infortunada víctima.