En zonas frías, especialmente la Antártida, viven distintas especies que soportan las bajas temperaturas que hay allí. Sin embargo, uno de los animales más grandes de los que viven en este ecosistema es el oso polar.

El oso polar es llamado así porque vive en los polos; su color es blanco y vive la mayor parte del día recostado de los glaciares o del suelo. Tiene una capacidad de trituración de 32.000 kilogramos de fuerza; y con sus patas es capaz de destrozar lo que encuentre a su paso.

A pesar de ser seres muy tranquilos y reservados, no se dejan someter por el resto de los animales. Se caracterizan por ir siempre en grupos y muy poco les gusta estar solos.

Alimentación del oso polar

Dadas las características de este animal en cuanto a su gran tamaño, fuerza y masa muscular; debe tener una dieta altamente llena de proteínas y grasas. Esta última especialmente para el frío que hace en el polo norte, ya que necesita generar mucho calor dentro de su organismo.

Unas de sus principales fuentes de alimento son las focas. Como estas no tienden a moverse mucho y son muy desprevenidas; se convierten en presa fácil para los osos polares que las atacan por el cuello hasta dejarlas agonizando. Al morir las focas, los osos extraen toda la carne que puede haber en su interior.

Sin embargo, el oso polar no es un animal audaz. Le cuesta mucho correr detrás de un animal que reaccione más rápidamente a las situaciones de emergencia; como es el caso de los pingüinos y algunos roedores. Hay una excepción en estos últimos y tiene que ver con la situación en la que se encuentren; porque si están heridos, van a ser una presa fácil, ya que el oso los atrapará con sus enormes garras, para luego poder comérselos.

No todo termina aquí. El oso polar puede devorar a su propia especie, sobre todo cuando las ballenas emigran en época de verano; momento en que la situación de alimentos se vuelve complicada para ellos. Pueden llegar al punto de pelear a muerte para ver quién será el alimento del otro; así sean el mismo grupo o manada.

La higiene de los osos polares luego de comer

Los osos polares además de ser muy astutos a la hora de buscar su próxima comida; también se caracterizan por ser muy aseados. Inmediatamente después de comer, se lanzan al agua para limpiar su pelaje blanco de cualquier impureza o mancha de sangre que le haya quedado de la presa.

Este factor higiene en los osos tiene muchas vertientes. Algunos dicen que es para quitarse el olor a sangre seca de los animales por su avanzado olfato; otros dicen que es porque las manchas de sangre pueden interpretarse como si estuvieran heridos, y algunos animales aprovecharían equivocadamente la situación.

Los osos polares son animales muy inteligentes y saben a dónde ir. Nunca dan un paso en falso ni se meten en donde no deben hacerlo; porque para ellos lo más importante es ser audaces e inteligentes a la hora de comer. Sobre todo, por las capas de grasa que deben tener para abrigarse del frío.

El oso polar es una de las maravillas de la naturaleza y del polo norte. Sin embargo, él, junto con el resto de las especies que frecuentan este ecosistema, se encuentra en peligro de extinción por el derretimiento de las enormes capas de hielo de polo norte. Esto es producto del calentamiento global y el daño a la capa de ozono. Ya cinco de 10 especies de este oso han desaparecido por el mismo problema y no se ve una solución a futuro.