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Dentro del folclore japonés podemos encontrar una gran variedad de historias que poseen, cada una de ellas posee un encanto que las distingue de los demás cuentas de otras culturas. La cultura nipona posee una forma especial para contar sus historias, la leyenda de la princesa Kaguya es una de las historias más famosas y queridas de este país, este cuento data del siglo IX y el escritor del mismo permanece anónimo. Se trata de una de las leyendas más importantes, por ello ha pasado su historia de generación a generación, lo que ha llevado que la misma posea diferentes versiones.
La leyenda de la princesa kaguya.
En la antigüedad existía un anciano de pocos recursos que se ganaba la vida cosechando bambú. Un día como cualquier otro, este anciano decidió salir a cortar bambú, para su sorpresa, cuando corto una de las ramas encontró algo inusual dentro de la misma. Se trataba de una niña muy diminuta, cuyo tamaño no superaría los 10 centímetros, el anciano no podía dejarla ahí, por lo que acordó cuidarla con su esposa.
A partir de este momento, cada vez que el anciano cortaba una rama de bambú, de la misma aparecían monedas de oro por lo que en poco tiempo se hizo rico. Con el pasar de unos meses la pequeña niña obtuvo un tamaño muy grande y se convirtió en una joven muy hermosa, la cual recibió el nombre de Kaguya, que significa “Hermoso bambú delicado en el campo otoñal”.
Kaguya tenía muchísimos pretendientes gracias a su gran belleza, sin embargo, los mismos dejaron de luchar por ella ya que uno a uno iban siendo rechazados. A pesar de los intentos de los pretendientes de hacer entrar en razón al anciano, este no podía decidir por ella. Sin embargo ella quería a un hombre de buen corazón y acepto que los 5 pretendientes restantes fueran sometidos a duras pruebas.
Al primero de los pretendientes se le asignó la tarea de buscar un cuenco que le perteneció al mismísimo buda; El segundo pretendiente debía ir hacia el monte Horai y traer un árbol que poseía las raíces de plata, los frutos hechos de jade y su tronco de oro; El tercero debía obtener un abrigo hecho con la piel de una rata flameante; El cuarto debía recuperar una joya incrustada en la cabeza de un dragón; El quinto tenía la tarea de conseguir una concha caorí que llevaban unas golondrinas en vuelo. Estas tareas imposibles desanimaron a los pretendientes pero sin embargo prosiguieron con sus encargos.
A pesar del esfuerzo que hicieron los pretendientes, ninguno pudo completar su prueba, los primeros 4 solo llevaron objetos falsos a Kaguya, los cuales pudieron ser confirmados como tales con mucha facilidad. El último y quinto pretendiente también fallo de forma estrepitosa su encomienda, por lo que ninguno fue capaz de demostrar su valía ante esta joven.
Su encuentro con el emperador.
La fama de Kaguya fue creciendo con creces, hasta llegar al punto de que el mismísimo emperador la invitara a su palacio para conocerla, sin embargo Kaguya rechazo su invitación. A pesar de esto, el emperador encontró la manera de localizar a Kaguya y partió a su casa para poder verle el rostro. Cuando entro a su cuarto decidido a lograr esta tarea, la joven se cubrió el rostro, pero el emperador pudo verla de tal manera que quedo enamorado perdidamente de ella.
Luego de 3 años de este acontecimiento, Kaguya empezó a comportarse de una manera extraña, mirando a la luna cada noche. Los padres se encontraban preocupados por este hecho, por lo que le preguntaron qué ocurría, ella les respondió que no era una mortal cualquiera, ella nació en la luna y pronto la buscarían para llevarla de vuelta a casa. El emperador se enteró de esta situación y monto guardia en la casa del anciano para vigilar a su enamorada.
Una noche de luna llena, el hecho inminente ocurrió, las tropas lunares descendieron para buscar a Kaguya, el ejército del emperador nada pudo hacer contra este hecho. Kaguya se despidió de sus padres y les dejo como recuerdo un kimono de seda que le pertenecía. Luego de esto, Kaguya recibió unas gotas del elixir de la vida, de esta manera olvidaría todo recuerdo adquirido en la tierra, al emperador le otorgó una astilla impregnada con este elixir y le explico el motivo de su rechazo. Kaguya partió a su hogar olvidando cada momento vivido en la tierra.
El emperador, con una tristeza enorme, trepo al monte más alto y quemó la astilla impregnada con el elixir de la vida y un mensaje que estaba dedicado a Kaguya que recitaba: ¡Jamás la volveré a ver! Lágrimas de desdicha me abruman; Y yo, con el elixir de la vida; ¿Qué he de hacer?
Y así fue, la astilla fue quemada y desde ese momento se le conoce como monte Fuji, que significa “que nunca muere”, la gente dice que aún puede observarse el humo desprendiendo de la astilla que aun busca alcanzar a Kaguya.