La cultura mesopotámica es una de las más antiguas de las cuales se tiene registros. Se desarrolló en las adyacencias del rio Tigris y Éufrates. Comenzó con el imperio neolítico y termina con el imperio de babilonia, el cual fue el último de los imperios de la cultura mesopotámica.
Fue una cultura muy avanzada la cual se desarrolló tanto en las áreas artísticas como en las artesanales y tecnológicas, desarrollando artefactos como el horno de cocción y el torno alfarero.
Se denominan pueblos mesopotámicos a todos aquellos que existieron en el valle ubicado entre los ríos Éufrates y Tigris. Entre los distintos pueblos que habitaron esta zona se encuentran los sumerios, asirios, babilónicos, hititas, acadios, medos, caldeos y persas.
Ya que esta cultura duro un largo periodo de tiempo podemos subdividir su desarrollo en varias etapas artísticas, las cuales vienen derivadas de la cantidad de pueblos que conquistaron el territorio.
Los máximos exponentes e intérpretes de arte mesopotámico son los sumerios, luego de esto continuaron los semitas llegando a su máxima expresión en el periodo asirio y babilónico.
Esta región llamada Mesopotamia, como cualquier zona tenía algunos recursos naturales como lo eran la arcilla y vidrio, pero también carecían de materiales como madera, piedra y metales.
Una de sus pinturas más relevantes fue la pintura de la Tumba Tebana de Nebamun. Esta fue mayoritariamente decorativa y se utilizaba para avivar la arquitectura.
La pintura del área Mesopotámica posee poca perspectiva y en aspecto de sus colores es realmente pobre, ya que solo dominan colores como el blanco, azul y rojo.
Se crearon muchos mosaicos predominando escenas de guerras y sacrificios, que habían sido realizadas en rituales. Estas obras fueron representadas de una manera muy real, encontrándose mayormente figuras geométricas, personas, mostros y animales.
Con respecto a sus esculturas, los mesopotámicos hicieron uso de piedras como el basalto, la diorita y alabastro, pero también esculpían en metales como el oro, la plata y el bronce incrustando también en ellos piedras preciosas para las piezas que eran de mayor importancia.
El objetivo del arte esculpido era utilitario, y se utilizó más que todo con finalidad artística, social y religiosa, retratando la mayoría de las veces Dioses, altos funcionarios o reyes.
Se evidenciaba en sus obras las leyes de verticalidad, frontalidad y simetría, sorprendiendo esto por el hecho de que no tenían conocimiento de la perspectiva. Entre las esculturas se desarrollaron tanto estatuas como bajos relieves.
Entre sus monumentos arquitectónicos más importantes encontramos el Zigurat de Ur, el cual era un templo que poseía un gran patio amurallado conformado por una figura viene siendo su parte más resaltante, y es esta figura la que es llamada “Zigurat de Ur” que es una torre de forma cuadrada en cuya sima se encuentra un santuario.
También entre sus obras arquitectónicas más importantes encontramos el palacio, la cual no posee una forma predeterminada sino más bien viene siendo una serie de construcciones prismáticas irregulares de distintos tamaños que se unen entre sí por medio de corredores, pasillos y galerías con patios intermedios y murallas a su alrededor.
En el arte literario, encontramos que surgió en sumeria aproximadamente en el años 3200 a.C.
Su literatura es la más antigua de la que se tiene evidencien en la cultura mesopotámica. Entre sus temáticas están los mitos, lamentaciones y los himnos.
Los mitos vienen siendo pequeñas historias que relatan las historias de los Dioses Enlil, Enki, Ninhursag. Definían sus personalidades y rasgos más importantes.
Los himnos eran redactados a modo de alabanza y eran dedicados tanto a Dioses como a Reyes.
Y por último, las lamentaciones hablaban sobre calamidades como desastres guerras y destrucción.
Obras más resaltantes
La figurilla femenina era una de las obras más resaltantes del arte mesopotámico, la cual fue proveniente de Samarra en el año 6000 a.C.
Otra es, la Estela de los buitres, la cual se encuentra en el periodo dinástico III en el año 2600 a.C.
Y por último, una de las más destacadas es la Puerta de Ishtar, que se desarrolló en la cultura babilónica en el año 575 a.C.