El Conde Duque de Olivares fue un personaje imponente durante la monarquía de Felipe IV. Ejerció un cargo de gran poder que lo llevó a ser reconocido hoy en día como el primer reformista importante de España.
Sin embargo, durante sus años de autoridad contaba con un gran descontento por parte del pueblo debido a su programa de reformas, por lo que fui destituido por Felipe IV.
Breve reseña biográfica
Gaspar de Guzmán y Pimentel, mejor conocido como el Conde Duque de Olivares, nació en Roma el 6 de Enero de 1587, fue hijo de Enrique de Guzmán II conde de Olivares quien fuera para ese momento embajador de España.
Pasó gran parte de su juventud en Italia debido a los cargos que ocupaba su padre y que le impedía mantenerse en su ciudad natal. Debido a la importancia de su familia la Casa de Olivares, le fue inculcada la carrera eclesiástica desde muy joven.
Por ser el tercer hijo tenía oportunidad de estudiar, pero esto cambió cuando sus hermanos murieron sucesivamente. A temprana a edad era el heredero del título de su padre y en el año 1604 había sido nombrado miembro del Consejo de Estado y Contador mayor.
En 1697 su padre murió, dejándole entonces como cabeza de los Olivares. Fue entonces cuando decide cortejar a su prima y se casa con ella, aunque más allá del amor, solo buscaba obtener otro título: Grande de España.
Pero no fue tan sencillo obtenerlo, y viendo su inminente derrota decidió retirarse a Sevilla, donde pasaría un gran periodo de tiempo.
Ascenso al poder
En 1615 Francisco de Sandoval (duque de Lerma) lo nombro Gentilhombre del príncipe Felipe, cargo que le permitió volver a la corte española. Mientras estuvo en el cargo, fue participante entre la lucha por el poder entre el rey, el duque de Lerma y su hijo.
Olivares, quien habría apoyado a la parte ganadora, aprovechó la oportunidad para ir formando un polo de poder alternativo, siempre bajo el apoyo de algún familiar, en este caso de su tío Baltasar de Zúñiga y Velasco.
Debido a que Olivares siempre estaba en la búsqueda constante del poder, supo ganarse al futuro Felipe IV de España, lo que significaría que luego de su ascensión al trono en 1621 Olivares llegó a ser el favorito del Rey. Nombrándolo Duque y retirando a Uceda.
Ese mismo año, Felipe IV le otorgó a Olivares el título que habría querido en el pasado: Grande de España. Posteriormente, tras la muerte de su tío se hizo cargo del gobierno, poniendo en práctica un proyecto reformista.
Debido a los cargos que ocupó durante 1622, siempre tuvo acceso al rey personalmente Aparte de otras dignidades y oficios, llegó a ser comendador mayor de la Orden de Alcántara, alcaide del Real Alcázar de Sevilla, Gran canciller de las Indias, etc.
Obras como ministro
Aprovechando su poder dentro del consejo y otros cargos, el conde Olivares comenzaría a idear una actividad política muy entusiasta. Desde dentro intentó establecer varias reformas, pero en el exterior se encontraba con varios impedimentos.
Una de ellas era hacerle frente a los compromisos bélicos, los cuales se reanudaban debido a la guerra con Holanda. Retomando las reformas, eliminó de la corte a varios miembros de las casas Lerma y Uceda.
Sin embargo, con la finalidad de agrandar y mantener su poder, asignó en puestos importantes a sus parientes de confianza. Trató de implementar medidas económicas en busca de mejorar el comercio, pero el proyecto quedó a medias por falta de constancia.
Pero por otro lado, los proyectos más ambiciosos sí se consolidaron, como por ejemplo la supresión del impuesto de los millones, la creación de unos erarios estatales con la finalidad de financiar obras públicas, entre otros.
No obstante, dichas reformas no continuaron debido a la ruina de la economía, Olivares consideraba que esto se debía a la gran diversidad de prerrogativas reales. En su opinión, decía que ellos dependían de su capacidad para movilizar los recursos.
Últimos días
El conde-duque de Olivares nunca se dio por vencido, por lo que en el periodo 1627-1635 fue protagonista un último intento de imponer sus reformas por la vía autoritaria. Él creía que esta era la única manera de salvación para la monarquía.
Pero como siempre, los resultados no fueron los esperados. Luego de diversos acontecimientos en el reino, Olivares fue exiliado a la ciudad de Toro en 1643. Fue allí donde murió en 1645.