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Si gozamos de salud, estamos en capacidad de perder peso controlando la ingesta de alimentos y regulando nuestra actividad física. Pues así lograremos gerenciar nuestro “balance energético”. Por ello, perder peso es una cuestión de actitud.
Conoce tu cuerpo
El psicólogo y numismático estadounidense William Herbert Sheldon, en 1940 desarrolló la teoría de los somatotipo. Esta divide a los cuerpos de los humanos, en tres tipos según ciertas características físicas que cada persona presentan:
- Los cuerpos de reloj de arena: las personas con este tipo de cuerpo suelen tener extremidades largas y delgadas. Suelen tener un metabolismo bastante rápido, lo que quiere decir que tienen una contextura delgada y no suelen almacenar grandes cantidades de grasa en su cuerpo.
- Los cuerpos en forma de manzana: este tipo de cuerpo se caracteriza por no tener grandes niveles de grasa como el que fue mencionado previamente, pero suele ser más musculoso, con hombros más anchos y una cintura más delgada. Tienen un metabolismo promedio, no es acelerado pero tampoco es uno completamente lento.
- Los cuerpos en forma de pera: estos poseen un metabolismo un poco más lento de lo que es considerado normal, por esta misma razón almacenan más grasa en su cuerpo. Tienen una cintura más gruesa y una estructura ósea más grade de lo normal.
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Luego de analizar esta información, puedes tomarte un poco de tiempo e intentar ubicarte en una de estas clasificaciones. Algo que debes tener en mente es, el hecho de que tengas algunos kilos de más, significa que te encuentras en esta última clasificación. Así que, debes tener cuidado en cómo te alimentas, ya que, para estas personas es un poco más fácil subir de peso rápidamente.
Busca asistencia especializada
Un nutricionista o un médico con especialización en nutrición sabrán orientarte, a la vez que descartará cualquier problema que pueda existir en tu metabolismo. Además, podrá desarrollar un régimen que restablezca el equilibrio de tu balance energético, dosificando la ingesta de calorías y seleccionando los alimentos que más se adapten a la genética de tu cuerpo. Dosificando las raciones que debes consumir y diseñando el plan de trabajo físico, que se adapte a tus preferencias y necesidades.
Nunca transites este camino en soledad, no recurras a dietas genérica que aparecen en revistas o rescatas de la internet. Recuerda que eres un ser único y requieres de un traje hecho a tu medida para alcanzar la meta, hacerlo sin riesgo a tu salud y lograr que los resultados sean permanentes.
Ingesta adecuada de alimentos
Según la ecuación del balance energético, las calorías que consumes deben ser menores que las que gastas para perder peso. Como no es posible dejar de comer, pues atentarías contra tu salud, si puedes vigilar la cantidad de calorías que consumes, seleccionando los alimentos que más te convienen según tu tipo de cuerpo. Investigadores de la Universidad de Houston han realizado estudios donde recomiendan la ingesta de ciertos alimentos a cada tipo de cuerpo.
Los alimentos recomendados para los que tienen un cuerpo reloj de arena son alimentos como frutas secas y comidas que tengan almidón en ellas. Para aquellos que tienen cuerpo en forma de pera se deben concentrar en comidas que incluyan grasas “buenas” ya que son muy propensos a subir de peso. Y finalmente para aquellos con cuerpo de manzana se les recomienda una dieta que balancee correctamente la ingesta de proteínas y grasas. Con estas recomendaciones, mucho esfuerzo y perseverancia de seguro alcanzarás tu peso ideal, manteniendo la salud.
¿Buscas perder peso? Mira esta guía…