¿Qué es un dragón de Komodo?
El dragón de Komodo o Varanuskomodoensis es el lagarto más grande del planeta, llegando a medir entre dos y tres metros, estos sauropsidos de la familia de los varanidos llegan a pesar hasta 70 kilogramos, y dado esto siempre son los superdepredadores de los ecosistemas en donde habitan, son carnívoros y comen carroña aunque también suelen cazar a sus presas.
Características del Dragón de Komodo
Entre sus características principales encontramos que tienen unos 60 dientes afilados, pueden llegas a medir hasta 2 metros y medio y poseen una cola fuerte y maciza, el dragón de komodo como todo reptil utiliza su lengua para detectar estímulos del ambiente con su órgano especializado, estos pueden detectar carne en descomposición a unos 10 km de distancia gracias a su poderoso sentido del olfato el cual utilizan mediante su lengua.
Los lagartos poseen una visión capaz de alcanzar hasta los 300 metros, pero siendo mejores detectando objetos en movimiento.
Su saliva contiene muchas bacterias por lo cual es prácticamente un veneno para cualquier presa que sea su víctima, los dragones de komodo poseen cabezas planas y anchas, y piernas arqueadas lo cual le da su forma característica de desplazarse. Suelen poseer una piel muy resistente ya que esta se encuentra recubierta por escamas de alta resistencia que contienen pequeños huesos dentro de sí, los cuales actúan como una armadura.
Un herpetólogo de la universidad de florida determino que la toxicidad en la saliva de los dragones de komodo se debe a que estos consumen carroña la cual contiene muchas bacterias las cuales se almacenan en su saliva haciendo que se haga muy peligrosa; esto se descubrió tomando muestras de mucosas de la boca de dragones salvajes y en cautiverio. Este estudio arrojo que los dragones de komodo en cautiverio no poseen estas bacterias en su saliva porque no comen carne en descomposición como lo hacen sus semejantes en un hábitat salvaje.
Se dice que los dragones de komodo deben su gran tamaño debido al gigantismo insular ya que estos son una especie que colonizo una isla indonesia llamada komodo.
La época en que se aparean varía entre mayo y agosto, y los huevos son puestos en septiembre. Estos son colocados dentro de cadáveres por las hembras y normalmente una cantidad entre 20y 30 huevos; estos demoran entre 7 y 8 meses en eclosionar.
Hábitat del Dragón de komodo
Los dragones de komodo son de ecosistemas calidos y secos ; y suelen vivir en prados abiertos y sabanas, pero también en ríos y costas pueden ser encontrados. Los lagartos son ectotermos por lo cual están más activos durante el día; son una especie solitaria y solo se reúnen para reproducirse y comer, son muy buenos nadadores y pueden recorrer distancias muy largas de una isla a otra, su principal arma aparte de su saliva toxica, y sus dientes afilados son sus garras.
Duermen en madrigueras de manera cotidiana, y están declarados en la lista roja de especies amenazadas de la UICN como especie vulnerable.
Caza descontrolada
Hay aproximadamente entre 4000 y 5000 ejemplares en estado salvaje, pero el peligro está en que apenas existen unas 350 hembras reproductoras, debido a esto se creó un refugio llamado el parque nacional de komodo para proteger a los dragones de las amenazas externas.
Los holandeses prohibieron la caza deportiva de estos lagartos al ver su escaso número de ejemplares en estado salvaje, las expediciones para capturar ejemplares se detuvieron al comienzo de la segunda guerra mundial y no se reanudaron hasta 1950 que fue en el momento en que los estudios se concentraron más en su comportamiento alimenticio su reproducción y temperatura.
Los dragones de komodo fueron vistos por primera vez en 1910 por los europeos colonizadores holandeses, cuando empiezan a correr rumores en la administración holandesa de que existía un cocodrilo terrestre, su descubrimiento se dio a conocer en general después de 1912 cuando se publicaron documentos acerca del tema, los dragones fueron descubiertos mediante una expedición a las islas de komodo; en la cual se lograron recolectar varios ejemplares entre los cuales se encontraban dos vivos; esto sirvió de inspiración para la película de King Kong.