Lejos de las ciudades, en los pueblos rurales, siempre escuchamos historias de fantasmas, historias terroríficas que, a ciencia cierta, no sabemos si son inventadas o tienen un grado de realidad. La historia que contaré a continuación es una leyenda de los bosques.

Cuando tecnología no existía, la vida rural era mucho más tranquila, el trabajo sencillo y acomodado. Un hombre podía sentirse satisfecho con una bella mujer a su lado que le diera hijos fuertes para que lo ayudaran con el trabajo y heredaran sus tierras.

Esta es la historia de un hombre inconforme con su hijo, pues su mujer había dado a luz a un niño famélico, enfermizo y de pies torcidos. El padre de la criatura tras verlo por primera vez sentenció: “ese niño no es digno de ser mi hijo” y lo rechazó. La mujer, ignorando a su esposo, decide criar con mucho amor y cariño al pequeño.

A medida que pasaron los años la mujer tuvo otros hijos. A los que prefirió más, pues estos eran fuertes y esbeltos, dignos del orgullo de su padre. Al pequeño nunca lo quisieron. El niño creció con el desprecio de su padre y las burlas de sus hermanos. Solo podía refugiarse en su madre que falleció durante un duro invierno.

La vida de aquel joven se hizo más triste luego de la muerte de su madre. Su padre lo trataba como un sirviente, se quejaba y  burlaba de él. Le decía que era un monstruo por tener las piernas torcidas. Sus hermanos eran malos con él, no lo querían y lo maltrataban. Por la noche uno de sus hermanos le propone ayudarlo, le aseguró que acomodaría sus piernas para que su padre no lo rechazara nunca más, el joven esperanzado acepta.

Los verdaderos monstruos

Sus hermanos se llevaron al chico a un cobertizo lo amarraron y procedieron a “enderezarles las piernas”. Sus hermanos realmente torcieron más sus piernas, dándoles la vuelta por completo. Lo convirtieron en un verdadero fenómeno. Pues sus planes eran venderlo a un circo ambulante. El joven como pudo se zafó de ellos y con las piernas ensangrentadas y adoloridas huyó al bosque.

 

En medio del bosque juró vengarse de su familia ya que, en realidad, ellos eran los verdaderos monstruos. Pasaron unos cuantos años antes de aquel fatídico día. Los muchachos y el padre fueron a cazar ya caída la noche. Y en el bosque se escuchaban paso rápidos a su alrededor…

Mientras se “aleja” está más cerca

Sin embargo, aquel animal no era más que su hermano que lo estaba cazando. Por la forma de sus huellas mientras más cerca se encontraba las huellas indicaban que se estaba alejando, así se aprovechó para matar uno a uno a sus hermanos y padre.

Hoy día se comenta que en ese bosque sigue habitando el chico de las piernas volteadas, que persigue a aquellos padres e hijos que felices van a cazar al bosque, envidia una vida feliz que no tuvo la oportunidad de vivir.