Durante el siglo XX, la teoría del interaccionismo simbólico llegó a revolucionar la sociología, la psicología social y antropología, entre otras ramas de las ciencias sociales, al estudiar las interacciones de los individuos y su significado.
Ha sido la base para muchas otras teorías que se han ido desarrollando con el paso del tiempo y que tienen como objetivo, la comprensión del fenómeno de las relaciones sociales y como estas influyen en la creación y dinámicas de la sociedad.
¿Qué es el interaccionismo simbólico?
El interaccionismo simbólico es una corriente teórica que se encarga del estudio y explicación de los diversos tipos de interacción que tienen los individuos en una sociedad, así como el estudio de los diferentes símbolos que se utilizan en ella.
Ha sido la base de muchas otras teorías que buscan comprender no solo la interacción social, sino también la construcción del yo, y como, los individuos se perciben a sí mismos dentro de su sociedad y la organización social que existe en la misma.
Toda acción tiene una explicación
Es comprensible entonces, el hecho de que esta teoría se haya extendido a otros campos de estudios de las ciencias sociales que buscan comprender toda la dinámica y los fenómenos sociales que se presentan en cuanto a la interacción entre los individuos.
El planteamiento base de esta teoría, parte del hecho de que los individuos se definen a sí mismos de acuerdo con la interacción social que poseen y que varía de un contexto social a otro. Todo ello, dando pie a más teorías.
Etapas del interaccionismo simbólico
Como cualquier teoría sea del origen que sea, con el paso de los años así como con la incorporación de nuevos autores dentro de la misma suelen surgir una serie de cambios. La teoría sociológica del interaccionismo simbólico no es diferente, con el paso de los años ha tenido varias etapas que pese a compartir la idea base tienen unas características diferentes.
Primera - Todas las acciones tienen un sentido
Para la teoría del interaccionismo simbólico, cada una de las acciones que realiza el individuo, tiene una razón de ser, nada es por azar, toda interacción es simbólica; es decir, tiene un significado en particular, por lo que cualquier actividad que se realiza, tiene un carácter social.
A nivel simbólico cada acción tiene su razón de ser, convirtiéndose en una especie de lenguaje no verbal y el lenguaje hablado a su vez, pasa a ser una manera de manifestar las intenciones, actitudes, objetivos e incluso posiciones, entre los individuos.
Partiendo de esta base, se plantea que el individuo es una representación, más que una expresión de quien es en realidad, construyéndose por medio de los significados que se devengan de su interacción con otros individuos.
Segunda - El teatro de la vida social
Al evolucionar esta teoría, surge lo que se podría clasificar como una segunda generación donde se empieza a plantear una nueva premisa: la vida social como un teatro en el cual cada individuo asume un rol que debe cumplir para que la obra funcione de forma correcta. Este rol puede variar dependiendo del contexto en el cual se encuentre la persona.
Para Erwing Goffman, uno de sus principales exponentes de lo que sería esta segunda generación de la teoría del interaccionismo simbólico todos los individuos son actores que interpretan un papel en la interacción social, todos los días, a fin de crear unas imágenes sociales de sí mismas la cual variarán dependiendo de las circunstancias en el cual se encuentre el individuo.
Autores del interaccionismo simbólico
Ahora que sabemos que esta corriente tiene principalmente dos etapas vamos a dividir los autores de dicha corriente respectivamente en cada una de sus etapas.
Autores de la primera generación
La primera generación del interaccionismo simbólico que tiene lugar con el surgimiento de dicha corriente se comienza con el estudio del análisis del discurso o de los gestos y de la imagen, no solo como elementos individuales, sino también como parte de la construcción de la realidad social.
El exponente principal de esta corriente es, sin lugar a dudas, Mead aunque otros nombres también destacan otros autores como por ejemplo Park, Thomas Pierce, Colley, Simmel, Blumer, Call, Strauss, Stryker, Rosenberg, Turner y Shibutani.
Autores de la segunda generación
Para los autores de la segunda generación la etogenia es uno de los principales objetivos, es decir, el análisis de la acción humana junto a su dimensión moral así como el momento de tener cualquier tipo de interacción humana de carácter social.
En este sentido Erwing Goffman es el autor más destacado, pero no el único pues también se encuentran personajes relevantes como Cicourel, Rom Harré y Garfinkel quienes realizaron aportes importantes para el estudio de las interacciones sociales.
Todo ello llegó a tener tal relevancia que muchas de las premisas de esta teoría fueron consideradas como parte fundamental para dar explicación a los fenómenos sociales desde diversos puntos de vista, con estudios desde un carácter psicológico hasta antropológico.