Les cuesto esta historia para que luego no digan que no les advertí. Me llamo Cecilia, soy la mayor de mis hermanos y mi familia es tan normal como cualquier otra. Mi padre es policía y mi madre es ama de casa. Mis hermanos Carlos y Anna son los más pequeños de la familia.

Un día mi padre llego a casa con un gato súper espeluznante, no tenía ojos y solo unas cuencas negras y vacías, le pregunte qué porque trajo esa cosa a la casa. Y solo me dijo que era para mi hermanita Anna, la amante de los animales desvalidos. Y como fue previsto, al verlo, Anna lo agarro de inmediato y lo empezó a acariciar y hablar de manera baja y aniñada.

Pero ese gato solo tenía su cabeza girada hacia mí, aun cuando no tenía ojos sentía que me miraba tan directamente que me daban escalofríos. Al pasar el día mi hermanita no dejaba de acariciarlo o cargarlo, hasta que mamá le dijo que lo deja en el piso y que fuera a lavarse las manos para luego comer la cena, si no fuera por eso seguro que seguiría en los brazos de mi hermana.

Lo raro fue que no era como cualquier gato ciego, este gato se paseaba por toda la sala sin problema, hasta lo vi jugando un poco con el mantel de la mesa que está en el medio de los muebles, de verdad que algo muy raro. pero bueno no soy de tener mucho aprecio hacia estos animales así que solo me fui a cenar y lo dejé solo.

Cuando fue hora de dormir, mi hermanita paso como media hora llamando al gato ciego, pero este no apareció por ningún lado, luego mamá se dio cuenta que la puerta que daba al patio trasero estaba abierta y dijo que seguro se había salido. Me hizo ir a buscarlo en medio de la noche con una linterna por todo el patio trasero, pero sinceramente no lo vi por ningún lado, y mejor. Ese gato me daba escalofríos, no entiendo como Anna puede estar muy tranquila a su lado.

Anna lloro hasta quedarse dormida, yo solo agradecí por que se fuera largado. Subí a mi habitación, deje mi teléfono en la cama y luego entre al baño para cepillarme los dientes y cambiarme, al salir veo al pinche gato muy acostado en el medio de mi cama viéndome directamente a los ojos aun cuando está totalmente ciego, lo que hago es ahuyentarlo, pero no resulta el solo me observa, al final opte por agarrarlo y sacarlo de mi cuarto para luego cerrar la puerta.

Recuerdo ir a dormir, tuve una pesadilla donde el gato ciego me comía así que me desperté sobresaltada y con la respiración agitada, al ver a mi alrededor observo que hay una figura agachada al lado de la puerta que da a mi baño, lo que hago es prender la luz de mi mesa de noche y al voltear no veo absolutamente nada.

Vuelvo a dormir y cuando ya estoy agarrando el sueño de nuevo escucho un grito espeluznante. Me paro y salgo corriendo al cuarto de Anna y al entrar observo que al lado de su cama hay un hombre vestido todo de negro y sin ojos observándola atentamente. Entro por completo a su cuarto, la agarro y salgo corriendo al cuarto de nuestros padres, pero al entrar observo que mamá está en el medio de la cama con las manos llenas de sangre y sin ojos en sus cuencas, y a papá acostado en el piso boca abajo con un charco de sangre debajo de su cabeza.

Eso paso hace dos noches Anna y yo estamos encerradas en la casa, no podemos salir, las ventadas están tapizadas de hojas de cuadernos, y las puertas pareciera que tuvieran cemento en las cerraduras; intentamos encontrar algo para comer, pero es como si todo fuera sido sacado de las alacenas y escondidos, Carlos mi hermanito de apenas un año no para de llorar, y Anna de tan solo 9 años me repite siempre que tiene hambre, yo solo cuido que el hombre sin ojos, vestido de negro y que hace sonidos de gato no nos encuentre.

Si leen esto es para que sepan que esto fue lo que paso luego de traer ese gato espeluznante a nuestra casa.

Atentamente Cecilia.

Pasado una semana los vecinos alertaron a la policía de un olor nauseabundo saliendo de la casa, al entrar vieron que estaba el cuerpo de una niña de 9 años sin ciertos pedazos de piel y carne en sus piernas y brazos, sin ojos y con la boca abierta, más adelante en las escaleras que daban hacia arriba encontraron a una joven de unos 14 años sin ojos, con sangre saliendo de su boca y sus manos llenas de sangre, más mordiscos en su cuello y piernas.

Luego al acercarse al cuarto principal descubrieron a un niño de 1 año sentado al lado del cuerpo de un hombre adulto, el niño tenía las manos, brazos y boca llena de sangre y en su mano derecha tenía un pedazo de carne arrancado de la espalda del hombre adulto, y al lado del niño se encontraba acurrucado un gato sin ojos.