El cuerpo humano es una perfecta máquina creada por la naturaleza. El 70% está compuesto del vital líquido, el agua. El otro 30% lo componen elementos densos que complementan al agua, entre membranas y estructuras sólidas como los huesos. Los huesos tiene distintas clasificaciones según su forma, tamaño y longitud.

Entre ellas existe la clasificación de los huesos planos, que están distribuidos en distintas partes del organismo, cumpliendo cada una una función distinta.

¿Cuáles son los huesos planos en el cuerpo humano?

Son huesos que tienen una dureza considerable, tomando en cuenta que tienen cierta elasticidad para favorecer algunos movimientos como el de la respiración. Tienen una particularidad en que tienen un papel importante en la formación de células sanguíneas. Tienen una forma aplanada para proteger órganos delicados y blandos, también sirven como huesos de anclaje de músculos.

Básicamente estos huesos planos están compuestos por un centro suave y esponjoso y una estructura bastante sólida por fuera, este tipo de huesos están ubicados en la cabeza, tórax y zona pélvica.

En primer lugar, están los huesos del cráneo, ubicados en la cabeza, el cual guarda y encierra al cerebro y su función principal es de ser su sostén y protección ante posibles daños ocasionados por traumas del exterior. Está conformado por un conjunto de huesos como el occipital, esfenoides, parietal, etmoides, frontal y temporal, tienen dos capas externas de tejido óseo propiamente dicho y un centro más esponjoso.

En los bebés los huesos están separados, haciendo lo que se llaman fontanelas, las cuales se cierran con el tiempo, luego tenemos a los huesos del tórax, los cuales son el esternón, los omóplatos y costillas. El esternón es un hueso con forma de corbata, ubicado en el centro del pecho. Tiene como función mantener la unión de las primeras 7 costillas, las cuales se llaman costillas fijas mientras que los pares 8, 9 y 10 lo hacen a través de cartílago. También juega un papel importante en la formación de células sanguínea a través de su almacenamiento en la médula ósea.

Huesos y respiración

Las costillas son los otros huesos planos del cuerpo humano del tórax, los cuales son un juego de 12 pares, 10 de ellos unidos al esternón, mientras que los otros dos pares están flotando. Su función primordial es la protección de los pulmones, corazón, vasos sanguíneos grandes como la aorta, parte del hígado y bazo, por su prolongación hacia la parte inferior. Durante la respiración, facilitan el proceso mediante movimientos que van conjuntamente con los que hacen los pulmones, gracias a su gran elasticidad.

Los omóplatos son unos huesos planos que se ubican en la parte superior de la espalda, tienen forma triangular y unen los brazos a las clavículas. Tiene como función la protección de esta zona, además de permitir los movimientos de los brazos, espalda, también sirve de anclaje de articulaciones del brazo y su estabilidad. Finalmente está la pelvis, que está compuesta por una serie de huesos como el ilión, que es la parte superior de esta estructura. El isquión forma los laterales de la pelvis y el pubis que representa la parte frontal.

En conjunto proporciona estructura al cuerpo y permite mantener el equilibrio, aparte de proteger órganos que están contenidos en ella. Otras de sus funciones es de fijación músculos del abdomen y espalda.

Su importancia

La importancia de estos huesos radica en la protección que le brinda a órganos importantes y vitales, al igual que facilitar la función de los mismos. No solo están compuestos de materia sólida, sino que también pueden verse provistos de cartílago. Son muy livianos pero lo suficientemente fuertes para evitar que los órganos internos sufran daños importantes ante caídas, golpes y otros factores externos que hagan correr peligro su función.