Cuenta la historia que hace años atrás en una aldea situada en las alturas de una montaña en Grecia había una familia donde vivian los padres juntos a sus dos hijos, la mayor de estas niñas se llamaba Melody y era conocida tanto en su aldea como sobre todo en su colegio por ser una chica excesivamente introvertida y con unos hábitos un tanto extraños. Según explicarían más tarde compañeros y profesores, cuando llegaba la hora de salir al recreo a descansar, la pequeña niña se iba a una esquina  mirando depié fijamente a la pared y hablado en un idioma que nadie lograba entender. Cuando compañeros se acercaban para preguntarle con quien hablaba y que decía sólo obviaba su presencia y a lo sumo decía con una voz más grave y ronca “déjame en paz”. Este extraño momento se repetía día tras día incluso cuando había grandes tormentas o nevaba aunque no llevaba abrigo, la niña salía se ponía frente a la pared y hablaba sin parar.

Un buen día mientras hubo una de las peores tormentas que se recuerdan en aquella zona la niña fue de nuevo hacia la pared pero al ver el terrible tiempo que había fuera y lo descubierta que iba la niña para poder enfrentarse a ese tipo de tempestad, un profesor decidió que no podía permitirlo por la salud de la niña es por ello que la cojió del brazo y le dijo “No Melody hoy no vas a poder salir” tras ignorarle y seguir caminando en silencio hacia el recreo el profesor tubo que cojer con mayor fuerza a la niña para evitar su salida hacia el exterior, esto sucedió justo cuando se iniciaban las escaleras que ya daban acceso a la planta baja donde se encontraba el recreo y cuando el profesor le dijo “No vas a salir Melody” un fuerte estruendo hizo temblar todo el colegio haciendo que se apagara la luz de todo el centro. Lo siguiente que cuenta se pudo ver fue al profesor a unos 10 metros de distancia del final de la escalera y algunos alumnos coinciden en escuchar la voz de un hombre muy grave y fuerte diciendo “Te he dicho que sí”.

Desde ese día nadie más volvió a ver a Melody ni a su familia y es que la propia policia los buscaba ya que muchos apuntan a la pequeña como la causante de tal desgracia por mucho que por su estatura fuese imposible que hubiera conseguido empujar a un profesor adulto hasta esa distancia, eso sí desde ese día nadie se acerca a más de 2 metros de la pared donde la joven Melody hablaba con alguien desconocido en un idioma extraño y es que según dicen si aún te acercas a esa pared se empiezan a oír voces que te dicen que vayas y hables con él.

Años más tardes cuando ya el colegio tubo que ser cerrado por los problemas psicológicos que aquella pared había provocado en decenas de niños se creó un parque para olvidar todo lo malo que allí había ocurrido, lo que sucedió años más tarde fue lo que definitivamente hizo que la aldea fuera totalmente abandonada. En el parque a la misma altura donde estaban las escaleras del antiguo colegio donde murió el profesor había un banco de arena donde en tan sólo una semana 3 fueron los niños que entraron y nunca más los encontraron, según se dice porque Melody los absorvia hacia abajo como castigo por haber tenido que desaparecer y haber destrozado su pared.