Era un lugar muy hermoso lleno de frondosos árboles, sus hojas tenias todos los tonos de verde que te puedas imaginar. También se encontraban las más lindas flores con los colores y olores más variados, y un gloriosos trinar de pájaros, por donde lo vieras era un sitio donde provocaba estar.

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En este bosque vivían diversos animales, cada una con su familia, pero siempre se reunían para conversar, compartir y sobre todo para apoyarse mutuamente. Y a su vez debían protegerse de cualquier intruso ya fuera animal o humano que fuera a molestarles o a interrumpir tanta tranquilidad.

Muy cerca de este paraíso, se encontraba una extensa y frondosa plantación de las más jugosas uvas. La vista era hermosa por la combinación de colores, lo verde intenso y brillante de las hojas y los más variados tonos de morado de las uvas. Se veían de lo más apetitosas.

 

Una mañana soleada de otoño, una zorra que no habitaba en el bosque y que solo estaba de paso por el lugar, venía muy cansada y con una sed que no la dejaba ya seguir su camino, decidió sentarse a descansar un poco y se lanzo de espaldas patas arriba debajo del más grande y frondoso, árbol de uvas.

 

  • ¡Qué bien se siente estar aquí, cuanta paz se respira! – se dijo la zorra.

Y siguió admirando lo bello de los árboles, y de repente se dio cuenta que había un suculento y gran racimo de uvas que destacaba por su belleza. Se sintió tan atraída por él, que no dudo ni un momento en querer comérselo.

La zorra sentía que las uvas la llamaban, de tan grande que era su deseo de comérselas, se veían refrescantes y ella de verdad nunca las había probado ya que no estaban entre la comida que su raza acostumbra a comer.

Aparentemente el racimo de uvas se veía muy cerca, en las ramas más cercanas al suelo, pero no estaba más alto. La zorra, comenzó a imaginar cómo podría hacer para alcanzarlas.

  • ¡Qué apetitosas se ven esas uvas! ¡Me gustaría probarlas, deben ser muy ricas! – decía la zorra.

Se paró y se sostuvo en la punta de sus pies, se estiró lo más que pudo, pero sus manos no podían agarrar el racimo de uvas. Lo intentó una y otra vez, pero no podía alcanzarlo y cada vez que saltaba quedaba un poco más cansada.

Corrió muy duro para agarrar impulso, salto y cayó, varias veces, pensando en cada una, ahora si llego. Sin embargo, las uvas parecían irse cada vez más arriba. Inalcanzables cada vez que la zorra saltaba.

La zorra se sentó a descansar y a meditar el porque no podía alcanzar las uvas, si parecía que estaban tan cerca. Además, ella moría de sed y ahora con todo el esfuerzo que ella había hecho estaba sedienta y muy pero muy cansada.

  • ¿Por qué, no puedo alcanzarlas? Si he hecho todo lo que he podido. – se decía para sí la zorra.

No quería irse sin probar ese manjar que parecía estar allí para que ella lo aprovechara, pero, ¿Qué más podía hacer?, intentó todo lo que ella sabía hacer para cazar y no había resultado. Pero, lo pensó mejor y se dispuso a seguir su camino.

Siguió con el camino que tenia trazado, pensando que no había podido lograr comer uvas, cuando vio la sombra de un pájaro que sin duda había visto todo lo que ella había hecho por conseguir las uvas. Se sintió un poco mal y con algo de vergüenza.

  • ¿Viste todo el esfuerzo que hice, por alcanzar las uvas que están allí? – le dijo la zorra al pájaro, señalando el racimo de uvas.
  • Cuando me di cuenta que no estaban aun maduras no quise alcanzarlas- prosiguió la zorra.

A lo que el pájaro no le contestó nada, porque se dio cuenta que la zorra solo quería justificar el que no pudo agarrar el racimo de uvas, y prosiguió su vuelo. La zorra seguía caminando y tratando de convencerse que no había alcanzado las uvas, no por falta de esfuerzo sino por mala suerte.

Debes tener en cuenta que cuando tienes un sueño, una meta, o algo que quieras alcanzar debes trabajar arduamente por conseguirlo. Muchas veces habrá obstáculos que debes solventar, pero siempre encontrarás un modo de conseguirlo.

Lo más importante es que te esfuerces cada día un poco más, tomando los pequeños fracasos o las técnicas que no te dieron mucho resultado, como aprendizajes y experiencias que te ayudaran lo más seguro en otros aspectos de tú vida.

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Cada circunstancia que vivas, es una experiencia de vida. Dependerá de ti el que las tomes para bien y que ellas sean escalones que subirás para lograr todo lo que te propongas. De eso se trata la vida. ¡Te invitamos a vivirla cada día de la mejor manera!