¿Conoces qué son las famosas conjunciones casuales en la gramática? ¿Te gustaría saber un poco más de ellas? Si es así, pues acabas de entrar en el artículo perfecto para ti. En este post, tendrás la posibilidad de encontrar toda esa información que estás buscando sobre el tema, y así puedas aprender más a fondo sobre este elemento de la literatura. En general, este tema es bastante sencillo.

En un inicio, debemos definir qué son exactamente las ya nombradas conjunciones casuales. Así pues, su definición es tal cual como su nombre lo demuestra: las conjunciones casuales son aquellas capaces de transmitir relaciones de causalidad que se encuentra entre los enunciados de una oración en cuestión. A continuación, explicaremos un poco más a fondo sobre estas conjunciones casuales, y daremos unos ejemplos. Por ellos, te invitamos a seguir leyendo este post y enterarte de la información que requieres sobre este tema.

¿Qué son realmente las conjunciones casuales?

En cuanto a las conjunciones casuales de las que venimos hablando, la mejor manera de entenderlas y de interpretarlas es a través de unos ejemplos didácticos, los cuales mostraremos a continuación y acompañaremos con una breve explicación de los mismos. En este caso, nuestro ejemplo número uno es la oración “Pedro regresó a su hogar porque se encontraba agotado”.

En este ejemplo, tenemos que la construcción casual no es más que un modificador dentro del predicado de dicha oración. Esto se debe a que se explica la causa del estado de los elementos que se muestran dentro del predicado del cual es completamente dependiente. Esto quiere decir que se da a entender por qué Pedro regresa a su hogar (debido a que se encuentra agotado). Luego, tenemos nuestro segundo ejemplo, el cual nos dice que “Pedro regresó a su hogar, porque dejó el refrigerador abierto”. En este segundo ejemplo en cuestión, tenemos la siguiente explicación, breve y concisa.

Continuando con otro ejemplo, tenemos que

Así pues, en esta segundo oración no encontramos con que no es más que aquella construcción casual la cual se encuentra fuera o es externa al predicado en cuestión: por su parte, no nos indica una causa como tal, sino que nos enseña una pequeña justificación o una razón de lo que ya se dijo. También existen casos en los cuales se da a conocer una explicación de lo que se va a decir luego. En este ejemplo, tenemos que notamos la existencia de un proceso inferencial en este caso.

            En el mismo sentido, podemos comprender que no encontramos con un verbo de decir elíptico en dicho ejemplo número dos: “Pedro regresó a su hogar” y se dice que regresó debido a que “dejó el refrigerador abierto”. En este caso, el “porque” siempre irá precedido y bien acompañado de una coma a la hora de ser escrita la oración. También podemos verlo con el ejemplo de “Había hecho calor, porque la grama ya estaba seca”. En este caso, no puede dejar de existir la ya nombrada coma.

Ello se debe a que la sequedad en la grama no es aquello que causa el calor, y también porque no siempre que la grama esté seca implica que había hecho calor en ese momento. También podemos destacar los sinónimos de “porque”, los cuales son “ya que” y “puesto que” o simplemente “puesto” los cuales, en las conjunciones causales, son los encargados usualmente de mostrarnos las causas y justificaciones de lo ocurrido y explicado en cada una de las oraciones de este tipo. Y básicamente, esta es otra de las razones por las que podemos diferenciar las conjunciones causales de otros estilos de oraciones que podemos conseguirnos en la gramática de nuestro idioma castellano.