Existen en el mundo infinidades de cosas que pueden ser comparadas. Cualquier cosa que en este momento se te pueda ocurrir tiene algún punto de comparación con alguna otra cosa parecida. La comparación es indispensable para la vida de los seres humanos.
Hasta los animales hacen comparaciones, pero solo los humanos hacemos comparaciones racionales con implicaciones en la vida. Los cuadros comparativos son herramientas extraordinarias, con la capacidad de ayudar a cualquier persona.
¿Cómo definimos a un cuadro comparativo?
Un cuadro comparativo es una herramienta grafica que tiene la utilidad de permitir a las personas establecer comparaciones entre dos elementos de una manera sencilla, en comparación a las técnicas más antiguas.
Tanto similitudes como también diferencias pueden ser establecidas utilizando los criterios de elaboración de un cuadro comparativo. Se presenta, de una mejor manera, como la herramienta en la que se puede plasmar la información
Para la correcta elaboración de un cuadro comparativo, resulta fundamental la ejecución de una buena investigación. Tanto datos propios como información ya conocida pueden ser plasmados en un cuadro si el contexto lo requiere.
El cuadro comparativo ofrece mejoras sustanciales sobre como las personas pueden interpretar la información que reciben. Visualmente resulta mucho más cómodo utilizar cuadros comparativos para comunicar o hacer notar diferencias o similitudes.
No existe un tipo de información que no pueda ser abordada desde un cuadro comparativo. Desde datos exactos que provienen de ciencias cuantitativas hasta datos cualitativos de ciencias sociales o inexactas.
En la educación juegan un papel primordial. En todas las casas de estudio y programas educativos a nivel mundial, se utilizan los cuadros comparativos para proveer la información a los estudiantes de una manera más sencilla de comprender.
Pero, a la vez que son muy útiles para comparar dos aspectos o dos elementos, por sus mismas características son elementos bastante eficaces para ser utilizados antes y durante la toma de decisiones o cualquier clase de elección.
Historia de los cuadros comparativos
El origen de estas útiles herramientas se remonta al siglo XIX, donde a raíz de los grandes descubrimientos científicos se diseñaron formas de plasmar la información para que las masas menos cultas y los obreros de las fábricas pudieran entenderla.
Algunas de las tablas de comparación o cuadros comparativos más famosos de la época fueron los que comparaban el tamaño de los países de Europa. También existieron unos cuantos muy famosos que establecían la altura de las montañas de todo el mundo.
La masificación del uso de los cuadros comparativos se da a mitad del siglo XX, cuando por el avance de las ciencias de la educación y los procesos educativos en el mundo se le dio mucha importancia a este método de plasmar información.
¿Qué elementos tiene un cuadro comparativo?
En principio, la estructura de un cuadro comparativo es bastante sencilla. Tan solo se trata de un conjunto de columnas en las que se colocara toda la información. La utilización de columnas es característica de esta clase de cuadros
La comparación tiene que seguir un orden lógico o ser escalonada. No es posible abordar distintos aspectos de los elementos en comparación al mismo tiempo. La uniformidad en e abordaje es sumamente importante para el entendimiento.
Ejemplos de cuadros comparativos
Para ejemplificar, un buen cuadro comparativo podría ser las características que comparten o por las que se diferencian las religiones que se han derivado del cristianismo. En cada columna se hablaría de una religión y en cada apartado una característica.
Un cuadro que contenga las diferencias y similitudes que hay entre las razas de perros que se encuentran en un territorio resulta ser un ejemplo perfecto. La utilidad de los cuadros comparativos queda evidenciada ampliamente.