Recolección de las hierbas
Lo primero que debemos hacer es identificar perfectamente las plantas que vamos a cortar, teniendo en cuenta que parte de ésta es lo que nos hace falta para preparar nuestro “remedio casero”. Otra cosa que debemos tener en cuenta es el momento, ya que dependiendo de la especie, habrá algunas de las que solo obtengamos beneficios en una determinada época del año o en cierto período de crecimiento. Revisando la ficha de la planta, por ejemplo en esta misma web tienes unas cuantas, podremos saber cual es el momento ideal para la recolección: cuando la flor es un capullo, recién abierta, al principio de su crecimiento vegetativo o bien al finalizar éste, normalmente hacia el otoño.
El transporte de plantas cosechadas
Cuando arrancamos o cortamos plantas para su uso medicinal, debemos procurar mantener unas buenas condiciones durante el transporte, de lo contrario nos arriesgamos a “tirar por tierra” nuestro trabajo y (en ocasiones) la vida de la planta.
- Si usamos bolsas de plástico, evitar la excesiva humedad
- Si usamos cajas de cartón, vigilar que no se desequen
Algunas hierbas deben utilizarse frescas antes de que pierdan sus propiedades, sin embargo otras requieren pasar por un proceso de secado antes de poder ser consumidas o utilizadas para la preparación de un ungüento, loción o preparado.
El secado de plantas para su uso medicinal
Se debe tomar la planta fresca y ubicarla en un lugar a la sombra, oscuro y fresco. Hay mucha gente que cree lo contrario, e intentan secarlas con calor, o incluso bajo los rayos del Sol, lo que echaría a perder sus propiedades.
Para mantener ventilada la planta y evitar que se pudra, podemos colgarlo de unos hilos, preferiblemente de algodón, o bien ponerlos encima de una malla. La temperatura de secado nunca debe sobrepasar los 40ºC. Se debe iniciar el proceso de secado tan pronto como se pueda, pues la planta podría empezar su proceso de fermentación y/o putrefacción.
Los pasos indicados anteriormente no son válidos para plantas carnosas o con mucho contenido en agua, y deberá emplearse otras técnicas, como el secado al Sol o el uso de un horno de secado.
Una vez conseguido un buen secado, se deben guardar en frascos o bolsas herméticas, lejos de la humedad que puedan re-hidratar la planta, y que las protejan de insectos y hongos. Cada cierto tiempo se recomienda airear el recipiente y vigilar la no aparición de hongos o insectos.
Preparación de las plantas para curar enfermedades
Hay que diferenciar los preparados que se harán con plantas secas o con plantas frescas, las cuales en algunos casos al desecarlas perderán todo su valor, es el ejemplo de las plantas ricas en vitamina C, las plantas emolientes y vulnerarias). Afortunadamente, la mayoría de las plantas medicinales se utilizan secas, lo que es de agradecer pues es mucho mas fácil su manipulación, conservación, transporte y mantenimiento.
Formas de preparación
- Zumos: Este tipo de preparación solo podremos usarlos con plantas frescas. La trituración y posterior filtrado nos darán una bebida apta para el consumo humano, muchas veces mezclándolas con otros jugos, o añadiendo azúcar, miel, vainilla, u otros condimentos que hagan mas llevadera la ingestión, ya que algunas no tienen un sabor muy agradable. En ocasiones, con tomar una sola cucharadita de café, cubriremos la dosis necesaria para el tratamiento.
- Pulverizaciones: En ocasiones necesitamos inhalar el compuesto, ya sea aspirando o por la nariz. En este caso el procedimiento es machacar la hierba seca en un mortero, o con una licuadora o “minipimer”. Esto es adecuado, siempre y cuando nos documentemos y sepamos a ciencia cierta que es el modo de administración, de lo contrario podremos sufrir desagradables efectos secundarios. El más famoso uso de este tipo de administración es el rapé, usado como estornutatorio para despejar las vías respiratorias.
- Maceraciones: La maceración consiste en dejar una planta en agua (normalmente), después de hervida. El tiempo de maceración depende de la dureza de la planta y de la parte de la planta que estemos empleando. Si el tiempo que dura esta forma de preparación es largo, hay que tener cuidado con las fermentaciones.
- Infusiones: De igual forma que preparamos un té de forma tradicional (hirviendo agua con la planta seca durante unos minutos y colando la parte solida antes de ingerir), podemos administrar las plantas medicinales, solo que en este caso se suele hervir el agua con la planta durante más tiempo, unos 20 o 25 minutos. De igual forma que infusiones más habituales, se pueden endulzar con azúcar. No se deben guardar infusiones ya preparadas para su uso al día siguiente, lo recomendable es ingerirlas en un breve periodo de tiempo. Ésta es la forma mas popular de tomar hierbas medicinales.
- Decocciones: Se pica la planta y se calienta hasta que entre en ebullición, después se mantiene 5 minutos hirviendo, dependiendo de la dureza de la planta, y se deja reposar hasta que se enfríe un poco como para poder filtrarla sin correr el riesgo de quemarnos. Este tipo de preparado tiene una duración mas larga que la infusión y pueden tomarse en los próximos 1 o 2 días después de la preparación.
- Jarabes: Esta forma de preparación tiene como objetivo ingerir menos cantidad de preparado para obtener el mismo beneficio, concentrando más su composición, de esta forma podemos pasar de tomar una taza de infusión a tomar solo una cucharadita de café. Se prepara con el doble de azúcar que de agua, hirviendo la mezcla hasta que adquiera una textura viscosa. Se debe tener precaución de administrar jarabes de este tipo a personas que no puedan ingerir azúcar.
- Licores: Se obtienen sumergiendo hierbas picadas en alcohol etílico de 60º durante varios días, de esta forma los principios activos de las plantas se quedan en el alcohol. Pasado un tiempo se debe filtrar. La duración de este tipo de preparados es muy duradera. En ocasiones en vez de utilizar alcohol, se hace uso de whisky, ginebra, vodka u otras bebidas alcohólicas de alta graduación.
- Elixires: Son lo mismo que los licores solo que se añade azúcar.
- Vinagres: Es similar al licor, con la diferencia de que se prepara con vinagre en vez de alcohol. Este tipo de preparado se utiliza por vía externa, para fricciones.
- Pociones: Es una mezcla de licor y decocción, requerido cuando se necesita administrar una mezcla de un tipo y otro de hierba medicinal.
- Aceites medicinales: Hay plantas cuyos principios activos se diluyen mejor en aceite que en alcohol, para obtener este tipo de aceite se cocina a baja temperatura (podemos usar el baño maría para que no supere los 100ºC), luego se macera y se filtra. Este tipo de aceite solo se usa para aplicaciones externas.
- Pomadas y ungüentos: Son similares a los aceites medicinales solo que mas espesos, en vez de utilizar aceite, se suele usar mantequilla o vaselina, así como otras sustancias espesas como la glicerina o la manteca de cerdo. Si utilizamos manteca o mantequilla, debemos utilizar el preparado en poco tiempo, pues tiende a volverse rancia.
- Cerato: Esta pomada se prepara de igual forma que el aceite medicinal, solo que usando cera.
- Cataplasmas o compresas: Se moja una de las anteriores (decocciones, jarabes, licores) en un trapo y se aplica en la piel. Otra forma de prepararlas es embeber el liquido en harinas, aplicando sobre la piel una gruesa capa de ésta, de forma que vaya liberando el principio activo a la zona afectada.
- Linimentos: Este tipo de preparado es el que fue creado para hacer fricciones en la piel, ya sean aceites o alcohólicos.