La Luna es el satélite natural de la Tierra, que orbita alrededor de ella. Desde los albores de nuestra existencia siempre ha sido una fuente de fascinación y misterio para los humanos, en ella se basan numerosos mitos, rituales y creencias, las primeras civilizaciones la tomaron por una deidad junto con el Sol.
Leyendas como la del hombre lobo tienen a la Luna como referente e incluso la astrología y la cultura popular creen que afecta nuestro comportamiento.
¿Por qué es un satélite natural? Un satélite es todo cuerpo celeste de menor tamaño que orbite alrededor de un planeta, es decir, que describa una trayectoria que rodee a aquel, como sucede con la Tierra y el Sol, sin embargo, un satélite puede ser cualquier cuerpo que haga este tipo de movimiento.
Por eso los científicos llaman satélites a los aparatos que lanzan al espacio para que orbiten en torno a la Tierra, aunque en este caso, son satélites artificiales, la Luna es un satélite natural porque no fue creación del ser humano, sino que se formó junto con la Tierra.
Los orígenes de la Luna
Los científicos creen que la Luna se formó mucho tiempo después de la formación de la Tierra, la cual se formó a partir de la nube de polvo cósmico originaria, sin embargo, la Luna parece haberse formado mucho tiempo después de eso, ya cuando la Tierra estaba solidificada en la bola de roca que es hoy día, aunque no es probable que la vida hubiese brotado aún en aquel momento.
Las hipótesis que los científicos manejan en torno a la formación de la Luna cuentan 5, y ninguna se ha probado aún como la teoría definitiva.
Por lo que sigue siendo un misterio para la ciencia. La primera de las hipótesis es que la Luna era un cuerpo espacial que quedó atrapado por la gravedad de la Tierra al pasar cerca de aquella. La segunda es la hipótesis de que ambas emergieron de la misma masa de materia que giraba alrededor del Sol, las otras teorías contemplan un desprendimiento de materia desde la Tierra. Un impacto con otro cuerpo celeste durante la época de formación que llevó restos de roca y residuos al espacio. La última es que es producto del material expulsado por los volcanes de ese mismo periodo de formación.
Las características de la Luna
La Luna es un cuerpo celeste hecho principalmente de roca solida que orbita alrededor de la Tierra, es un cuerpo menor dado que su tamaño es considerablemente menor comparado con el de la Tierra con un diámetro de unos 3.474 km. Esto vendría a ser un tercio del de la Tierra, una superficie de unos 37.700.000 km², siendo catorce veces menor y un volumen de 21.860.000 km³, cincuenta veces menor.
Además, la Luna también realiza los movimientos de rotación y traslación al igual que la Tierra, por lo que durante su viaje alrededor de esta, la Luna también gira sobre su propio eje, aunque el tiempo que la Luna tarda en completar la rotación es el mismo que le toma completar una traslación, razón por la que siempre vemos una misma cara.
Nuestro satélite también carece de luz propia, por lo que es un cuerpo oscuro y frío, sin nada de vida, pues carece de atmósfera, por lo que no tiene oxígeno, agua ni nada que la proteja de las tormentas solares.
La razón por la que podemos verla es porque refleja la luz del Sol, sin embargo, no siempre es alcanzada en su totalidad. De este modo la luz no es reflejada desde toda su superficie, por eso a veces vemos parte de la Luna iluminada, lo que da la ilusión de que ha cambiado de forma.