Los consumidores secundarios son una parte mas de la cadena alimenticia, entre dichos consumidores encontramos a tigres, leones u osos por poner algunos ejemplos. Los consumidores secundarios se encuentran justo encima de los consumidores primarios que son aquellos cuya alimentacion es herbívora alimentandose exclusivamente de plantas y vegetales.
Los consumidores secundarios se alimentan de los consumidores primarios, es decir, de los animales herbívoros y están ubicados en el tercer nivel trófico de la cadena alimenticia. Constituyen un importante eslabón porque ayudan a mantener el equilibro, pues de manera indirecta, contribuyen a controlar la reproducción de ciertos animales, garantizando el balance de los ecosistemas.
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Características
Los consumidores secundarios a menudo presentan una característica similar. Tienden a ser mamíferos teniendo en la primera posición a los felinos como leones, tigres, guepardos, chiitas y gatos salvajes o monteses como la pantera, el puma y otros felinos endémicos de zonas específicas. Se alimentan de presas generalmente herbívoras y vivas, aunque también pueden hurgar en los desechos como depredadores. En otros casos consumen animales que ya están muertos; pero no en estado de descomposición.
Dentro de los consumidores secundarios existe un grupo de animales más pequeños que no representan un peligro inminente. Los zorros, el lobo y el halcón o las águilas e incluso otras aves como las lechuzas o los búhos suelen también ser considerados como consumidores de segundo orden.
Método de alimentación
La mayoría de estos animales como los grandes felinos de África donde se ubican el león y el guepardo utilizan métodos estratégicos. En el caso de los leones, la hembra de la especie es quien caza y recolecta los alimentos. Comúnmente lo hace en compañía de otras, también miembros de la manada. La razón de hacerlo en conjunto es para asegurar el golpe y por tanto el alimento. La presa cuenta con menos posibilidades de escapar.
Los lobos utilizan el mismo método de caza que los felinos, pero lo hacen en manada y casi siempre comparten lo conseguido. El zorro es un animal de emboscada pero también oportunista, pues suele robar alimento a otros animales.
Otras especies pueden cazar solas o en compañía. Entre estos consumidores secundarios destacan los leopardos o guepardos y chiitas, quienes a menudo pueden casar solos o aliados a otros de su misma especie, aunque no es una regla como los leones.
Los felinos de Asia como el tigre y algunos animales de la selva como panteras y pumas suelen cazar a sus presas en solitario. El método aplicado es recurrir al acecho para lograr el objetivo. La emboscada es típica en los animales denominados consumidores secundarios, pues el efecto sorpresa es una forma efectiva de garantizarles comida.
En cuanto a las especies más pequeñas, en el caso de las aves, éstas cazan observando a su presa. Las águilas, halcones y gavilanes tienen una agudeza visual extrema que les permite capturar desde peces en movimiento en el agua hasta algunas especies vivas terrestres como conejos, liebres, serpientes y entre otras.
Otra característica común de estos consumidores es que todos poseen garras afiladas y dientes o picos muy resistentes. Así consiguen cortar la carne en pedazos sin dificultad, haciendo más fácil la ingesta de los alimentos.
Consumidores fluctuantes
Los consumidores secundarios algunas veces suelen recurrir a otros métodos de alimentación como la ingesta de comida vegetal. Un ejemplo de ello es el ser humano, pues consume verduras y hortalizas lo cual lo convierte en un consumidor primario pero también puede comer carne lo que lo hace un consumidor secundario.
En este sentido, el lobo, el zorro y el oso pueden ser considerados consumidores fluctuantes. En este último caso suele darse por los cambios de estaciones, siendo el invierno donde la comida escasea mucho más.